Luis, el “globero” que apaga la mecha de la inconsciencia

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Un grupo de operarios de distintas empresas dedica sus horas a coger globos para evitar incendios. Este empleado del Grupo Éxito va por su tercera temporada de fin de año en este oficio.

El nombre real del oficio es el de controladores y operadores de riesgos temporada, OCRT, pero en el código interno se les dice “globeros”. Durante dos meses, entre noviembre y enero, son cientos de empleados los que dedican sus horas a verificar que ningún globo caiga dentro de las instalaciones de las empresas que los contratan, en especial en el sur del Valle de Aburrá.

En esta zona confluyen dos factores: el mal comportamiento ciudadano y la dirección de los vientos que corren por el Aburrá, que provocan un efecto “imán” para los globos.
Luis Alexánder Posada es uno de los 120 operarios que para esta temporada ha contratado el Grupo Éxito para vigilar 50 de sus dependencias (entre ellas almacenes Éxito, Viva, Carulla y Súper Ínter), un ejercicio que se repite desde hace varios años, pero con mayor énfasis a partir de la Nochebuena de 2007, cuando un incendio consumió gran parte de los 55 mil metros cuadrados que tenía en aquella época el Centro de Distribución de la compañía.

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Esta será su tercera temporada en este oficio y tanto él como su familia saben que las noches del 24 y el 31 de diciembre estará ausente de la casa, atrapando globos ajenos.
Antes de ingresar al equipo de OCRT se capacitó en labores como trabajo en alturas, atención prehospitalaria y de conatos de incendio.

Al comenzar su turno, Luis pasa revista preventiva a todos los procesos que debe tener presentes por si debe actuar: extintores, mangueras conectadas y posición de cada operario.

Cuando divisan un globo tienen varios códigos para referirse a la situación: Alfa 0 es cuando el objeto está en la mira, pero se encuentra lejos de las instalaciones. Con el aviso, el coordinador se enlaza con empresas vecinas que pueden estar en riesgo. Alfa 1 indica que el globo viene apagado y va a caer cerca o dentro de las instalaciones. Alfa 2, que viene en caída y con la mecha aún prendida, pero no tiene la fuerza ni la potencia de vuelo que complique su atrapada. Y con Alfa 3 la alerta es máxima.

Luis disfruta su trabajo. Reconoce que hace años era uno de los “inconscientes” que lanzaba globos, pero esta labor le ha permitido identificar el peligro que representa para muchas personas y empresas, y por eso cada que puede comparte su mensaje de prevención y civismo.

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