A aquellos que se preocupan por los millennials, reducidos a mentes brillantes que no servimos para nada, vale decirles que los primeros centennials ya ingresaron al mercado laboral.
Los mejores productos del mercado son los que piensan en el cliente. Los que aseguran una proximidad que puede ser física, ideológica o emotiva. De ahí que en toda discusión de mercadeo siempre se hurgue en las pequeñas razones.
Cuando todavía no terminábamos de entender los cambios traídos al mundo por los millennials (nacidos entre 1981 y 1996), los expertos en generaciones – una suerte de futurólogos – hablaban de la generación z o centennials, como se les conoce a aquellos que nacieron luego de 1997 (otros dicen que del 2000), los hijos de la tecnología.
De ellos nos dijeron que valorarían la innovación, crearían sus propios sistemas, creerían en la economía y el comercio colaborativos, apreciarían lo artesanal y que su única bandera sería la sostenibilidad. Nos hablaron de seres con inteligencia pragmática y aspiración salarial moderada; pero, con una visión pesimista del futuro.
Celebro cualquier forma de descalabro que nos permita repensarnos y así celebré el anuncio de esta generación. Una fiesta de diferencia que nos hacía falta.
A aquellos que todavía se preocupan por los millennials, reducidos a mentes brillantes que no servimos para nada por cuenta de nuestra inestabilidad emocional, vale leerles el siguiente titular: los primeros centennials ya ingresaron al mercado laboral.
Y mientras ellos comienzan a ocupar sus primeros cargos, el marketing enloquece y los estudios que nos hablan sobre sus preferencias ganan posiciones. Uno de ellos fue publicado en septiembre en la revista Business Insider y revela las 100 marcas que más consumen ‘los Z’ y las razones que tienen para hacerlo.
Los resultados son obvios y sorpresivos. Los primeros lugares los ocupan Youtube, Doritos, Oreo, Netflix y Hershey’s; suficientes para encontrar semejanzas. La primera: el video es el rey. Los más jóvenes prefieren Youtube por su variedad y porque no tienen que pagar. La segunda: las marcas de tecnología y de comida son sus favoritas.
Se suman Nike, Axe, Bath & Body Works y Adidas, que nos acercan a una idea del cuerpo y del cuidado innegociable. Gigantes como Google (12), Instagram (23) y Facebook (39) pierden protagonismo. Twitter ocupa el puesto 87.
No abundan las marcas socialmente conscientes – podría decirse que no están -, empresas que puedan inspirar desde sus historias. Escasean los relatos empresariales que nos hablen de un propósito. ¿Dónde quedaron entonces las proyecciones con las que con tanto ahínco nos dijeron que ‘los Z´ serían la generación de la consciencia?
Muchos dirían que estos jóvenes son estadounidenses; pero, son esta clase de publicaciones las que rigen el mercado mundial. Otros dirán que las nuevas costumbres siempre ofenden a las del pasado y tal vez tengan la razón. Pero es hora de hacer una pausa para hacerle una exigencia al marketing, una que invite a la consciencia.
Hacia el horizonte del futuro no podemos avanzar solo con hábitos de consumo, también debemos sembrar semillas que brinden ejemplos, detonar otras conversaciones que, aunque estén llenas de imperfecciones, inviten a la idea de un mundo mejor. Lejos de los estudios de los futurólogos y por un momento alejados de las tendencias, vale la pena implantar un estilo de vida diferente entre los más jóvenes, luego implantarlo en todas partes. Por alguna parte tenemos que comenzar.
Acá en enlace por si quiere taguearse en la web: https://www.businessinsider.com/top-100-gen-z-brands-youtube-amazon-netflix-2018-9#32-breyers-69