Bastaría con que algún contagiado asintomático utilice el transporte público, distraído o imprudente, para que prácticamente volvamos al punto cero.
Ya está. Ya completamos un mes de encierro y distanciamiento. Y tenemos bien claro que la vida no volverá a la normalidad a finales de este mes, cuando -supuestamente- termine la segunda etapa de cuarentena en Colombia.
Muchas personas y empresas planean reiniciar en la fecha señalada, el 27 de abril. Cumpliendo, claro está, todas las condiciones de distanciamiento y protección.
Y seguro que la mayoría de la población que podrá salir de casa lo hará con gran cautela. Pero, ¿qué pasa si algunos no? Esta cadena, como todas, es tan fuerte como su eslabón más débil. Bastaría con que algún contagiado asintomático utilice el transporte público de manera distraída o imprudente para que prácticamente volvamos al punto cero.
Colombia tiene por un lado la ventaja de poder observar cómo le va a Alemania o a España, que gradualmente están abriendo sus economías. Puede tomar lo bueno y desechar lo malo. Y por el otro, la desventaja de que un porcentaje alto de su población está encerrada en condiciones de hambre, miseria y creciente desesperación.
Hay cosas buenas que no podremos imitar por falta de fondos o de infraestructura.
Para los gobiernos nacional y locales, el manejo del final de la cuarentena (o tal vez, del comienzo del final) hará parecer un juego de niños el manejo de su inicio. Sobre todo si hay gente que se sienta discriminada. ¿Por qué ellos sí pueden salir y nosotros no? ¿Por qué ellos podrán ir a procurarse un ingreso y nosotros debemos seguir entre estas cuatro paredes?
Será una curiosa e inédita lucha por el derecho de salir a contagiarse o contagiar a otros.
Prueba simultánea, altamente riesgosa, de liderazgos presidencial y locales y de disciplina popular.
Incluso si no es para trabajar y recuperar algo de ingresos. ¿Cuántos no miran con urgencia y creciente emoción poder recuperar retazos de vida normal como cortarse el pelo, continuar su tratamiento de ortodoncia o hacer reparar la lavadora?
Tomarse un café en calma sí tendrá que esperar hasta 2021.