Liderando cultura por un líder introvertido

Augusto es el líder del equipo de operaciones de una de las empresas más grandes del mundo textil en América Latina. Amante del rol de la cultura en las organizaciones, Augusto sabía mejor que nadie que su papel en operaciones debía ser el de un movilizador de cultura. Sin embargo, sentía un obstáculo: no poseía el carisma ni la capacidad oratoria que, a menudo, tienen las personas extrovertidas. 

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Augusto sabía muchísimo de cultura, lo que le daba el suficiente conocimiento para reconocer que la cultura es una responsabilidad en primera instancia de los líderes si se quiere mover la estrategia, pero no lograba tangibilizarlo, vivirlo en el día a día. Augusto es uno de esos líderes que te recomienda un libro por semana y no sabes a qué horas lidera un equipo de 2.000 personas, su familia de 2 hijos, su esposa, un perro y lee tantos libros. 

Augusto, eso no es lo que hace que tu liderazgo frente a la cultura tenga potencia. Conectarás en la medida que entiendas cuáles son tus fortalezas y dones, y los pongas al servicio del equipo. Ese estilo de liderazgo que mencionas es solo uno de muchos. Lo que realmente debe preocuparte para liderar la cultura en tu rol es que, más allá de ser un gran orador o ser tímido y callado, se te note con acciones. Que se note en el día a día, que tengas claro qué comportamientos, hábitos, rituales y relaciones son necesarios en tu empresa

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¿Cómo conversas? ¿Cómo das feedback? ¿Cómo te relacionas con tus pares? ¿Qué haces cuando alguien fracasa? ¿Cómo recibes el feedback? ¿Cómo hablas de estrategia? ¿Cómo reconoces a tu equipo? Si estás en una compañía que gana por la calidad del servicio: ¿cómo sirves a tu equipo? ¿Con qué frecuencia sales de tu oficina a hablar con tus clientes? ¿Cómo tratas al señor que te lleva el café y a la señora de la recepción? ¿Cómo acompañas a una persona nueva? ¿Cómo despides a un miembro del equipo? 

Fuimos muy afortunados de tener a Augusto en el proceso de Líderes que Mueven Cultura. Es ese tipo de líderes que te dan ganas de acompañar, que en vez de verlo como una “carga”, ven en cada una de las horas invertidas, como él lo dijo, “una oportunidad más para aprender a liderar la cultura, para hacer crecer la organización con el compromiso de cada uno de nosotros”. 

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Cada vez que un líder pasa por el proceso de Líderes que Mueven Cultura que vivimos en Caramelo Escaso, más allá de ser solo un programa que te enseña a ser un mejor líder, es un regalo para la vida, pues te conecta contigo, tu equipo y tus pares, con nuevas conversaciones, nuevas interacciones que te llevan a aprender a liderar la cultura de esa organización con acciones concretas. Te da luces, te da herramientas, te acompaña en el terreno de juego, te enfrenta a tus miedos y desafíos y te saca fortalecido. 

Así lideras la cultura: reconociendo que liderar e inspirar va más allá de discursos robacorazones. Es un compromiso con la ACCIÓN donde la voluntad es la mayor implicada. Tienes que creer que son tus acciones las que mueven la cultura, más allá de qué tan extrovertido o introvertido creas que eres. Si por cada líder que toquemos logramos cambiar el paradigma frente a la cultura, estaremos cambiando el mundo desde adentro, co-creando mejores lugares para trabajar.

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