Las raíces de SURA

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Con la exposición “Raíz: El jardín de las delicias”, la compañía Suramericana abre nuevamente su sala de arte, ubicada en la sede de Otrabanda.

A las oficinas centrales de SURA, en la sede de Otrabanda, inaugurada en 1974, se ingresa a través de una galería de arte.

Parece una paradoja extraña que esa sea la entrada de una compañía dedicada al negocio de los seguros. Sin embargo, no se trata del uso aleatorio del espacio arquitectónico sino de una decisión que, reiterada a lo largo de los años, manifiesta el compromiso institucional con el apoyo a las diversas manifestaciones del arte y de la cultura, entendidas como realidades esenciales del desarrollo social y comunitario. La historia cultural de la región y del país en el último medio siglo testimonia que la Sala de Arte Suramericana llegó a constituirse como una de las galerías más importantes a nivel nacional, reconocida por su calidad artística y rigor crítico, pero también por su espíritu inclusivo y solidario, abierta siempre a todas las personas interesadas en ver, conocer, disfrutar y discutir.

Carlos Arturo Fernández
Por: Carlos Arturo Fernández

Se entiende, entonces, que la larga clausura de la Sala, impuesta por la pandemia, haya sido una realidad tan dolorosa. Por fortuna, ese paréntesis en la vida de la Sala de Arte y, quizá, en la experiencia directa de la cultura para muchos habitantes de la ciudad, se cerró el pasado 13 de abril con la apertura de la exposición “Raíz. El jardín de las delicias: la naturaleza como arte y el arte de la naturaleza”, con la curaduría de Sol Astrid Giraldo.

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“El jardín de las delicias”, que se mantendrá abierta hasta el mes de septiembre, es la primera de una serie de exposiciones en las cuales se plantearán las raíces que unen a SURA, de manera profunda, con el arte y la cultura.

Como lo plantea el subtítulo de la muestra, se despliegan aquí las relaciones entre arte y naturaleza desde dos perspectivas. En primer lugar, se afirma “la naturaleza como arte” para analizar cómo la sede de SURA en Otrabanda se diseñó bajo la idea de una ciudad jardín, rodeada de naturaleza: una especie de jardín botánico o de jardín de las delicias, con un paisajismo cuidadosamente planeado, restaurado y conservado hasta hoy, un espacio público emblemático, abierto al disfrute de toda la comunidad. Es un espacio natural que, además de sus propios valores, se enriquece tanto por la relación con el edificio como por el conjunto de esculturas que lo habitan y que, quizá de forma no premeditada, permiten seguir la historia estética de las décadas de vida de la sede. No es exagerado afirmar que el edificio y el jardín son las mayores obras de arte de la Colección de SURA.

Y, en segundo lugar, la exposición se detiene en “el arte de la naturaleza” a través de 38 trabajos entre óleos, esculturas, fotografías, serigrafías y acuarelas, algunos de las más emblemáticos de la Colección, además de la presencia de un grupo de artistas contemporáneos que crearon obras expresamente para esta muestra. Se trata de visiones muy diferentes del problema del paisaje que, empezando con el óleo de Francisco Antonio Cano de 1892 que se ubica, precisamente, en la zona de Otrabanda, abarcan un largo período de 130 años de debates y revoluciones estéticas.

La OBRA DE MARTA ELENA VÉLEZ

“Estudio de Robledo” (1990), de Marta Elena Vélez (Medellín, 1939), uno de los paisajes expuestos, plantea, lo mismo que la exposición “Raíz”, un vínculo necesario entre el espacio interior y el exterior. Como ocurre en la Sala de Arte, el interior, preciso y ordenado, evoca el mundo del arte con su ordenación compositiva, los objetos que parecen dispuestos para ser pintados, los pinceles con los colores primarios y, sobre todo, con la presencia del ojo, que hace pensar en el ojo divino, que mira y crea. Pero también, como en la Sala, ese mundo del arte vive gracias a la luz, el color y la exuberancia natural que se revela a través de los vanos, de modo que, como decimos a veces, no podemos precisar si la mejor obra de arte está adentro o está afuera. Por eso, ¡hay que visitar la exposición de SURA y disfrutar tanto de las obras, como del edificio y del jardín!

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