“Del tango me atrae todo. Es nuestro modo expresión, en realidad es nuestra música ciudadana. Si bien en Buenos Aires no todo el mundo escucha tango, es lo que usamos para contar las historias de lo que pasa.
Por Juan Sebastián Mora
Acá en Medellín se escuchan los tangos de siempre, pero allá se han ido renovando y cuentan problemáticas actuales como, por ejemplo, los celulares” explica Marcelo Tommasi, cantante argentino y uno de los propietarios de La Tanguería.
Es un restaurante de parrilla colombo-argentina, situado en una espaciosa casa en el barrio Provenza, y en donde, como su nombre lo indica, se respira tango en cada uno de sus rincones. En “este pedacito de Buenos Aires” como lo define Marcelo, él y un talentoso grupo de cantores, guitarristas y bailarines efectúan shows nocturnos y de medio día en torno al género musical que internacionalizó Gardel.
Los quesos a la parrilla (papialpa, brie y camembert) y el mixto de chorizos (uno de receta uruguaya, uno picante y otro artesanal colombiano) son entradas perfectas para los lunes de Milonga, uno de los eventos especiales semanales del restaurante. Cortes como el churrasco, el bife de chorizo y la picaña (un fuerte sugerido para más de un comensal, pues se trata de 1.400 gramos de punta de anca asada –Certified Angus Beef– fileteada), el cañón con queso y champiñones y el salmón con pesto a la parrilla son otros antojos que motivan a pasar un buen rato escuchando en vivo tangos actuales y de antaño. El turrón de maní congelado, acompañado de una café amargo para un electrizante contraste de sabores, es un epílogo idóneo luego de un carnívoro festín.