Si reusamos una botella de agua, no estaremos comprando una botella cada vez que tenemos sed; si cargamos nuestros propios cubiertos, no tendríamos que usar plásticos.
La R de Reutilizar (y Reusar) es la cuarta entrega sobre las 7Rs del consumidor responsable. Reutilizar es la acción de darle un nuevo uso a un objeto, de una forma diferente o adicional al uso por el cual el objeto fue comprado; por ejemplo, un envase de plástico que resultó como residuo de un queso crema, es decorado y reutilizado como matera.
En el reúso, el objeto vuelve a ser usado bajo la función para la cual fue fabricado, pero con pequeñas diferencias: una bolsa de plástico en la cual se empacó un mercado, es usada como bolsa de basura; envases plásticos que contenían algún alimento comprado en el supermercado, son utilizados como recipientes para almacenamiento de sobras de comida en la nevera, entre otros. En investigaciones acerca de las prácticas de cuidado del ambiente, no se encuentran suficientes estudios referentes a la reutilización, posiblemente porque se perciben como radicales y que, para un mundo orientado al consumismo, pueden ser observadas como un obstáculo para el desarrollo.
Reutilizar y reusar son de gran utilidad para reducir los desechos, por varias razones: se les vuelve a dar vida a los objetos y es un acto previo a la separación, lo cual representa prevención en la generación de un nuevo residuo; se genera una inercia, en la medida que se van reutilizando objetos, vemos más posibilidades de reutilizar, por tanto, estaríamos generando menos residuos (cada uno de nosotros genera en promedio en Medellín medio kilo diario); además que luchamos contra la obsolescencia programada y percibida, que buscan acelerar procesos de desecho.
En la obsolescencia programada el producto deja de funcionar en un periodo de tiempo corto y en la obsolescencia percibida, los dueños del producto empezamos a percibirlo como desactualizado y creemos que necesitamos reemplazarlo. Si desean aprender más de estas estrategias de diseño, pueden ver el documental de YouTube llamado Obsolescencia programada.
Práctica vanguardista
La reutilización y el reúso se conocen como prácticas destinadas a los más desafortunados de la sociedad, pero y ¿si la convirtiéramos en una práctica glamorosa, en una práctica generadora de tendencia? Y para el caso de los textiles ¿qué tendríamos que cambiar para que reutilizar o reusar una prenda se convierta en una práctica habitual? ¿Qué tal si reutilizar un vestido ahora convertido en falda, fuera chic y vanguardista?
Ahora, ¿cómo podemos aumentar la cantidad de objetos que reutilizamos o reusamos en nuestro día a día? A mí me han funcionado dos miradas: darle un gran valor a cada objeto que adquiero, buscando siempre generar el menor residuo posible; y trasladar el contexto del uso en nuestro hogar (un plato de cerámica, un envase plástico, un vaso de vidrio) a espacios externos, además de ahorrar dinero en el proceso.
Si siempre llevamos nuestra comida empacada en un recipiente plástico a nuestro trabajo o llevamos un recipiente vacío para que en este nos sirvan, no tendríamos por qué comprar comida en desechables; si reusamos una botella de agua, no nos vemos en la obligación de estar comprando una botella plástica cada vez que tenemos sed; si cargamos nuestros cubiertos, no tendríamos que usar plásticos y desechables; si elegimos lugares para almorzar que usen platos de loza o cerámica, no generaremos tantos residuos. Estas son solo algunas de las prácticas que podemos empezar a implementar y así crear tendencia.
Me gustaría saber qué piensan de esto, si les parece sencillo y si están dispuestos a realizar estos pequeños cambios en pro de un mayor cuidado del ambiente, nuestra casa común.