“Magdalena, Historias de Colombia” es el más reciente libro de este respetado etnobotánico canadiense; también es su más nueva y firme declaración de amor por este país y su naturaleza.
En medio de un recorrido inmerso y pausado, de todo un lustro, por los 1.528 kilómetros del alto, medio y bajo Magdalena, a Wade Davis le llegó una noticia desde la lejana Bogotá: le otorgaban la nacionalidad colombiana de manera honorífica, sin haber pedido el trámite. Bastó el poderoso mérito de amar, defender y difundir este país y su naturaleza durante casi 50 años.
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Eso sucedió en la primera mitad de 2018 y todavía faltaba un par de años más para sistematizar, organizar, editar e imprimir el fruto de dicho periplo, condensándolo en 478 páginas, con un título para la versión en lengua inglesa (Magdalena, River of Dreams) y otro para la española (Magdalena, Historias de Colombia).
El título internacional de este libro, presentado recientemente en Medellín, con un acto en el Jardín Botánico, “busca mostrarle al lector extranjero que todo el progreso del país entró y se forjó en esta cuenca; allí se han tejido nuestros sueños durante siglos. El de español es más para nosotros, porque necesitamos volver la mirada al río y sus historias para entendernos y reconciliarnos”.
Así lo explicó la comunicadora antioqueña Sandra Uribe, acompañante de la travesía, traductora y editora de este nuevo libro de Wade Davis, el segundo sobre Colombia después de El Río, que trata sobre nuestra porción de la Amazonia, publicado en 2004. Los artículos en publicaciones científicas y populares de Davis se cuentan por centenares, traducidos a más de 22 idiomas, muchos de ellos referidos a la riqueza natural colombiana.
Magdalena, Historias de Colombia reúne los principales hitos humanos del río, desde los tiempos prehispánicos, la Conquista y nuestra agitada vida republicana. Con historias de personajes conocidos y otros no tanto, pero con algo muy importante que decirle al mundo.
Desde la fascinación de los primeros cronistas castellanos hasta la visión de nuestro fundador como estado-nación, Simón Bolívar. Y de ahí hasta nuestros días y nuestras voces.
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“Después de estudiar el pensamiento de Bolívar sobre el río y sus charlas con Alexander von Humboldt, estoy convencido de que este país es el primero que nace basado en su enorme riqueza natural; por eso, defender su medio ambiente es, más que en ningún otro lado, un acto patriótico”, explicó Davis, quien aventura otras interesantes hipótesis bolivariana en esta obra.
Wade Davis, a la orilla del Magdalena
- “Para limpiar el río hay que limpiar nuestra alma; para limpiar nuestra alma hay que limpiar el río”.
- “Aquí en Colombia, cada una de sus miles de especies de mariposas es una flor que aprendió a volar”.
- “No es que los colombianos no quisieran conocer el río, es que no podían por culpa del conflicto”.
- “Soy un escritor buscando historias con la excusa del científico”.
- “Cada colombiano tiene bajo su piel al río Magdalena. No nos toca aprender, sino recordar”.
- “La locura de Colombia fue la que me salvó. Si alguien quiere entender mi lealtad hacia este país, esa es mi verdadera razón”.