¡Viva el verde, por fin!
/ Juan Carlos Franco
En medio de tantas dificultades, típicas de cualquier ciudad latinoamericana, es reconfortante ver que en Medellín el foco está cambiando.
Después de décadas y décadas de prioridades desordenadas, de errores de planeación increíbles y de administraciones mediocres o sin estrategia, ya se empieza a percibir un saludable interés por hacer cosas que, de verdad, impacten positivamente la calidad de vida de la gente.
También, después de toda una vida de indiferencia y pasividad, la comunidad ha cambiado. Hay fuerzas de opinión ciudadana que están aprendiendo a exigir, a no tragar entero. A distinguir entre una obra buena y una mala. A apreciar si una inversión cumplió su objetivo o no.
Con tantos ojos mirando y voces opinando no será fácil que vuelva a ocurrir la experiencia reciente con el puente de la 4 Sur: diferencia enorme entre el resultado prometido y el obtenido. Obra bella y bien hecha, seguramente. Pero hasta ahora irrelevante, o incluso negativa, en su impacto.
De acuerdo, también hay que hacer vías. Pero estas no aumentan la calidad de vida de la gente. Y si lo hacen, es por poco tiempo. La experiencia demuestra que atraen tráfico nuevo, estimulan el número de viajes y aumentan la contaminación. Ah, y no valorizan, mucho menos si la zona ya está saturada.
Resolver temporalmente un problema de tráfico es un asunto totalmente diferente a elevar la calidad de vida de la población.
Tal vez el símbolo más elocuente de este cambio de filosofía es el parque lineal que se planea construir a lo largo del río, prácticamente uniendo con puro parque los dos extremos el Valle de Aburrá.
Tiene características que, al menos para esta comarca, han sido desconocidas. Por ejemplo:
• Por su tamaño y ubicación, podrá beneficiar a todos los habitantes por igual. Todos los estratos, todas las edades.
• Será punto de encuentro obligado y deseado por la población. Necesitamos urgente opciones distintas a centros comerciales!
• Después de un siglo de Medellín darle la espalda con desprecio al río, este podría pasar de ser cloaca a ser foco de atracción.
• Obligará a las autoridades y a la población misma a mantener limpio el río, al fin y al cabo este será el sitio para mostrar a propios y extraños.
• Siendo un proyecto de largo plazo, podrá comprometer a varias administraciones futuras… ¿acaso algún próximo alcalde se atreverá a suspender el proyecto?
• Vinculará a diferentes municipios del Valle de Aburrá.
• Si se desarrolla para el parque una cultura similar a la del metro, el efecto sobre la educación cívica de la población será enorme. Ya que sabemos cuidar nuestro metro, ahora cuidemos nuestro parque (esto no funciona con una vía, a propósito).
• Una buena experiencia con este parque motivará la construcción o recuperación de parques en el resto de la ciudad. Se volverá asunto prioritario para el futuro.
• Realmente valorizará las propiedades que estén cerca. Mucho más que una vía, como ya esperamos que sea obvio.
• Suponiendo que el diseño contemple pistas para caminantes, ciclistas y trotadores, promoverá la cultura de deporte.
• Dará empleo constante, durante varios años, a mano de obra no calificada.
En fin, es un proyecto ganador desde todo punto de vista. Que tome nota el Fonval y compare. ¡Algo me dice que tendrán que mejorar mucho sus argumentos!
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