INFODEMIA COVIDICA (I)
Desde el 2020 la Real Academia Española estableció que la palabra infodemia era un neologismo válido luego de que la Organización Mundial de la Salud definiera que este acrónimo que resulta de unir «info(rmación)» más «(epi)demia» quiere decir: el exceso de información, en gran parte falsa, sobre un problema, que dificulta su solución.
En días pasados la Academia Nacional de Medicina de Colombia reprodujo un artículo del Dr. José M Jiménez y otros investigadores del Departamento de Enfermedades Infecciosas del King’s College de Londres en su página electrónica https: //anmdecolombia.org.co/guia-para-desmentir-24-noticias-falsas-sobre-la-vacuna-de-covid-19/, originalmente publicado en ‘The Conversation’, una publicación electrónica periodística de gran rigor académico.
Como un servicio para los lectores de Vivir en El Poblado, resumo en dos artículos (esta es la primera parte) los principales mentís que allí se señalan a la multiplicidad de noticias falsas que circulan en las redes sociales dentro de la infodemia que hay actualmente acerca de la Covid-19 y las vacunas desarrolladas contra esta enfermedad:
1. “Las vacunas de ARN mensajero (Pfizer, Moderna) van a modificar nuestro DNA”
Falso. Las vacunas de RNA mensajero contienen simplemente un instructivo que aplicado al organismo humano hace que nuestras células fabriquen una proteína similar a la que se encuentra en la corona del virus para que, a las dos o tres semanas, desarrollemos defensas contra el virus. Ese instructivo no entra a nuestros núcleos celulares, se degrada rápidamente en el citoplasma celular y por lo tanto no modifica nuestros genes.
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2. “Las vacunas se han hecho demasiado rápido”
Son varias las razones que han contribuido al rápido desarrollo de una docena de vacunas que ya han sido aprobadas o que están en fases muy adelantadas de investigación: los conocimientos que se tenían desde hacía varios años sobre las proteínas de otros virus similares a la Covid-19 o la experiencia dada por la fabricación de vacunas virales similares (como la de Oxford o la de Johnson y Johnson), la aceleración que se hizo de las fases iniciales de los estudios clínicos, la producción de millones de dosis en paralelo a la aprobación de los entes reguladores, la cuantiosa inversión económica de fuentes gubernamentales y privadas y el rápido reclutamiento de voluntarios que tuvieron los distintos prototipos de vacunas.
3. “Las vacunas no son seguras”
Falso. Las vacunas aprobadas han pasado por todo el proceso usual en el desarrollo de una vacuna o de las medicinas que todos tomamos todos los días y además, luego de su aprobación ya se han probado en millones de personas, no habiéndose detectado hasta el momento efectos adversos de gravedad que pongan en duda su seguridad.
4. “Una enfermera se desmayó justo después de vacunarse”
Una persona puede desmayarse o tener un episodio sincopal luego de sufrir un pinchazo o por ver sangre, es lo que se conoce como una reacción vasovagal y eso no puede considerarse de ninguna manera un efecto dañino grave de la vacuna que hasta el momento solo se ha asociado con reacciones alérgicas o dolor local en el sitio de la aplicación.
5. “La vacuna frente a la COVID-19 hace que seas positivo por VIH”
Las vacunas actualmente aprobadas contra la Covid-19 nada tienen que ver con una vacuna australiana que inducia la formación de anticuerpos contra una proteína del virus de la inmunodeficiencia humana y por lo tanto provocaba falsos positivos contra el virus productor del Sida.
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6. “Las vacunas contienen células de fetos abortados”
Ninguna de las vacunas aprobadas o en desarrollo contra el Covid-19 contiene células de fetos abortados.
7. “La variante del Reino Unido ha aparecido porque han sido los primeros en vacunarse”
Falso. El Reino Unido empezó la campaña de vacunación el 8 de diciembre de 2020, convirtiéndose en el primer país occidental en distribuir una vacuna frente a la COVID-19 (la vacuna de Pfizer/BionTech). Sin embargo, la variante identificada en el Reino Unido estaba circulando por lo menos desde tres meses antes, mucho antes de empezar a vacunar.
8. “Si nos han puesto la vacuna ya podemos ir sin mascarilla y hacer vida normal”
No. Después de una persona recibir el esquema vacunal completo (dos dosis en las vacunas de Pfizer/BionTech, Moderna y Oxford/ AstraZeneca) la formación de anticuerpos y de defensas celulares tarda dos o tres semanas en iniciarse, variando entre los diferentes grupos de edad y de persona a persona, desconociéndose hasta el momento hasta cuándo dura esa protección que al parecer nos evitará las formas graves de la enfermedad pero que hasta donde sabemos, no protege de la posibilidad de contagiarnos ni de contagiar a otros. Hasta que no sepamos exactamente hasta cuándo y de qué manera nos protegen las vacunas, debemos seguir usando mascarillas y llevando las medidas de confinamiento social aun después de vacunarnos.
9. “¿Para qué vamos a vacunarnos si no nos protege de la infección y podemos seguir contagiando?”
Hasta el momento no se sabe si las vacunas protegen o no de la infección, pero sí se sabe que evitan las formas más graves de la COVID-19 y eso es importantísimo porque previene la sobre ocupación de las camas de UCI de los hospitales y el colapso sanitario del país como el que actualmente enfrenta Colombia.
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10. “Las farmacéuticas llevan los procesos en secreto y no publican los datos”
Falso. El desarrollo de la mayoría de las distintas vacunas aprobadas hasta el momento ha pasado por un proceso riguroso de revisión, habiéndose publicado absolutamente todos los datos de cada una de las etapas que se han llevado a cabo.
11. “Vacunarnos puede provocarnos COVID-19”
Falso. Las vacunas aprobadas hasta ahora solo utilizan ciertos genes o proteínas del virus para generar una respuesta inmunitaria, no existiendo la posibilidad de que podamos infectarnos simplemente al colocarnos la vacuna.
12. “Las vacunas no sirven porque hay gente que se vacuna y aun así se infecta”
La primera dosis de la vacuna de Pfizer confiere protección frente a una enfermedad severa por COVID-19 del 52,4%, aumentando la protección hasta el 95% después de la segunda dosis que se aplica tres semanas más tarde, iniciándose la formación de defensas dos o tres semanas más tarde. Las personas pueden infectarse entonces en esa ventana temporal entre las dos dosis y además siempre existirá un 5% de personas en los cuales la vacuna no será efectiva, lo cual es un porcentaje muy bajo en comparación con el 95% de las personas que estarán protegidas frente a las formas graves del Covid.19.
Por: Dr. Oscar Osío Uribe
Médico Esp. Medicina Interna, MSc Epidemiologia Clínica
Espere segunda entrega.