A la par de las protestas de los taxistas por las calles de Medellín, este miércoles 22 de febrero, un grupo de indígenas, según se conoció provenientes de asentamientos del Urabá antioqueño y chocoano, salieron a protestar, en inmediaciones de La Alpujarra.
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Pero esta, “finalizó en caos, cuando el grupo de indígenas ingresó a la fuerza a la sede administrativa del distrito de Medellín”. Así lo afirmó el secretario de Seguridad de Medellín, José Gerardo Acevedo.
El gobierno municipal estimó que al lugar ingresaron más de 100 indígenas. El grupo de protestantes aludió a un posible abandono de parte de la administración pública y falta de apoyo institucional. Denunció atropellos en medio de operativos de la Policía en el centro de la ciudad y en el barrio El Poblado, en donde familias de indígenas permanecen en las calles dedicadas a la mendicidad.
El grupo de indígenas causó destrozos en su paso por el edificio de la alcaldía de Medellín, en La Alpujarra, rompiendo vidrios, destrozando materas y golpeando puertas. Lo más preocupante, afirmó el secretario, es que los indígenas ingresaron con menores de edad, algunos de brazos, poniendo en riesgo la vida de estos.
Aunque el Esmad hizo presencia, precisó José Gerardo Acevedo, no intervino. “La fuerza pública veló por la protección de los funcionarios que permanecían en el lugar y de los indígenas atacantes. Los funcionarios fueron desalojados del edificio por los sótanos de La Alpujarra para garantizar su seguridad”, añadió el secretario.
Sin embargo, el reporte oficial habla de que los daños en el Centro Administrativo Distrital de La Alpujarra están aún siendo evaluados.
¿Qué dijo el alcalde?
Daniel Quintero Calle, alcalde de Medellín, reportó los hechos en sus redes sociales. Afirmó que era una protesta a la que “no iba a ceder”.
Entre otras cosas, el alcalde de la ciudad afirmó el grupo de indígenas estaba exigiendo que les dejaran “usar sus niños para pedir plata, trabajar, hacer bailes a extranjeros hasta altas horas de la noche”. Y, en palabras de Daniel Quintero Calle, “en Medellín esto no está y no estará permitido”.
Además, el alcalde reiteró que no importaba que tan violenta fuera la protesta, “en Medellín no permitiremos de ninguna forma que se explote, instrumentalice o se abuse niños”.