¿Municipio de El Poblado?


Por: Juan Carlos Franco

De entrada tengamos claro que esto no va a pasar. Que la posibilidad de que El Poblado se vuelva un municipio independiente de Medellín es casi cero. Pero, caramba, ¿qué nos impide discutir el tema, así sea sólo como pasatiempo intelectual?
Ya sabemos que sólo el 5% de la población del actual Municipio de Medellín vive en El Poblado. O sea, el 95% de los votantes potenciales están por fuera de este sector de la ciudad. Y sabemos también que genera el 40% de los ingresos catastrales de la ciudad. Y seguramente, también porcentajes altos de impuestos por industria y comercio, notariales, de registro y otros varios.
O sea, sacar a El Poblado de Medellín sería un golpe durísimo a las finanzas y hasta a la viabilidad del actual municipio. Es de esperar que ningún Alcalde de Medellín ni Gobernador de Antioquia respalde la iniciativa. Y que sea difícil realizar la consulta popular para que los habitantes directamente implicados opinen.
Si El Poblado fuera municipio habría cosas positivas, como tener un presupuesto manejado de manera directa, con fondos recaudados por el propio municipio e invertidos en sus necesidades directas. Como hacen nuestros vecinos Envigado, Itagüí, Sabaneta. Habría una oficina de planeación propia que seguramente tendría un porcentaje de aciertos mayor que la actual de Medellín.
Probablemente lo haríamos mejor en términos de movilidad y limpieza del aire, pues, para empezar, no permitiríamos que atraviesen por aquí tantos buses contaminantes que van y vienen entre Medellín y los otros municipios del sur.
Y también evitaríamos que El Poblado se convierta –como tanto desea y proclama la actual administración de Medellín- en el gran cruce de caminos del Valle del Aburrá. Como si no hubiera suficiente tráfico ya, están empeñados en atraer más y más. Se descongestionarán otros sectores a costa de El Poblado. Y nosotros, las víctimas, pagaremos la cuenta porque las propiedades van a “valorizarse”.
Sin duda, manejaríamos mejor el tema de las fotomultas, al menos trataríamos con dignidad y respeto por su tiempo a los infractores mientras les recaudamos el dinero.
Cuidaríamos mejor el espacio público. Haríamos más y mejores aceras y las mantendríamos despejadas de ventas ambulantes. Seríamos menos permisivos con los lotes baldíos. Le pondríamos más seriedad a las licencias de construcción. Y un largo etcétera.
También habría cosas negativas, como tener que pagar una gran burocracia que en muchos casos sería paralela a la actual de Medellín: Concejales, secretarios, subsecretarios, etc. Y que las normas dictadas para El Poblado podrían entrar en conflicto con las de sus vecinos. Muy incómodo, ¿pero acaso no ocurre todos los días con los municipios ya citados y con todos los demás del Aburrá? Este sería simplemente uno más.
¿Y qué pasaría con los servicios públicos? Le seguiríamos pagando a EPM y a Empresas Varias igual que hoy. Y habría que compartir bomberos, atención de desastres, policía, etc.
En fin, esto tiene sus más y sus menos. Tal vez la idea no madure antes de varios lustros. O tal vez sea una locura y la descartemos pronto. O tal vez para entonces, en un arranque de cordura poco probable, decidamos hacer algo mejor: Integrar bajo un único distrito, similar a Bogotá, a los diferentes municipios del Valle del Aburrá. Con un alcalde mayor basado en Medellín y con alcaldías menores en los que hoy son municipios.
¿Cuántas cosas se simplificarían así? Pero no nos hagamos ilusiones. Esto tampoco ocurrirá en nuestro tiempo de vida. Pues habría que eliminar las enormes burocracias en cada municipio, obstáculo insalvable.
Entretanto, El Poblado seguirá en el peor de los mundos: ¡Pagando y pagando pero no decidiendo!
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