Con su esposa Sandra está al frente de Il Castello como únicos dueños; en sociedad tienen la empresa Pasta Artesanale GLG, el restaurante Da Filippo y la panadería Tres Trigos.
Luigi dice que debe el reconocimiento inicial de su restaurante a Vivir en El Poblado, por allá en el año 2000, cuando Doña Gula publicó un elogioso artículo. Al día siguiente, cuenta, él y su esposa Sandra Gómez vieron llegar a los clientes con el periódico bajo el brazo para probar unos platos que eran mucho más que un buen comentario de prensa.
No se graduó del colegio, lo que sí ha hecho toda la vida Luigi es cocinar y aprender por su cuenta, inicialmente de la mano de su papá Roberto, ya fallecido, un inmigrante italiano que tuvo su fábrica de pastas Gaudenzzi, y que luego vio uno de sus sueños cumplidos cuando su hijo abrió il Castello.
Han pasado casi dos décadas de un crecimiento lento, pero en firme, en las que el restaurante se amplió de 62 a 120 cubiertos, manteniendo una clientela fiel.
Hoy se suman –con distintos socios– la fábrica Pasta Artesanale GLG; el restaurante Da Filippo, junto a il Castello, más bar con pizza napolitana y pastas; y la panadería Tres Trigos, en la misma cuadra.
Tras la ampliación de il Castello en 2013 Luigi dejó los fogones, pero sigue al otro lado para recibir los platos listos y hacer control de calidad; cocina, claro, nuevas recetas y las de siempre para que no se desdibujen; así le queda tiempo para pasarse por el comedor, saludar a sus clientes y recordarles que, 20 años después, su compromiso de buena relación entre precio, calidad y servicio, se mantiene.