Gastronomía en el confín de la Tierra
La época de diciembre y enero es la ideal para visitarla: los días son más largos con casi 20 horas de luz, amaneciendo alrededor de las cuatro y poniéndose el sol cerca de la media noche
Se llega el tiempo de Navidad y de las vacaciones, época que se utiliza para viajar y conocer lugares nuevos; pensando en ello se me ocurrió escribir sobre la isla de Tierra del Fuego y de Ushuaia, que junto con Puerto Williams en Chile, son las ciudades más australes de la Tierra.
La última semana tuve la oportunidad de revisitar a Ushuaia, ciudad de unos 80.000 habitantes, localizada en una bahía frente al Canal de Beagle y recostada sobre las laderas del cordón montañoso Marcial, último confín de la cordillera de los Andes, que en Tierra del Fuego corre de Occidente a Oriente y que luego entra en el mar para reaparecer en la península Antártica.
La época de diciembre y enero es la ideal para visitarla: los días son más largos con casi 20 horas de luz, amaneciendo alrededor de las cuatro y poniéndose el sol cerca de la media noche; días en que el clima es más benévolo, aunque hay que estar preparado para temperaturas menores a 10ºC durante las noches, por lo que es común tener tres estaciones durante el día: Primavera, verano y otoño, acompañadas por lluvias esporádicas que pueden presentarse a lo largo del día.
La ciudad invita a caminarla y encontrar esos rincones que hacen inolvidable un viaje, como una casa de té (La Cabaña) en las montañas asentada en un lugar de ensueño con un parque con árboles centenarios y cruzado por un impetuoso torrente que trae aguas de deshielo provenientes de uno de los glaciares que rodean la ciudad; o un poco más abajo, y sobre la misma ruta, un restaurante francés con una comida espléndida (Chez Manú) donde la centolla al natural, la brochete de langostinos gigantes de los mares del sur y la corvina negra, son recomendaciones imperdibles dentro de una carta variada; el servicio atento y la vista de la ciudad y del canal, a través de sus ventanales, complementarán unos momentos memorables.
Mirando a través de las vidrieras de muchos de los restaurantes de la ciudad, el visitante podrá observar como lentamente se asan los corderos fueguinos, colocados sobre las brasas impregnándose de ese sabor especial que solo son capaces de dar los maestros asadores de estas tierras; cruzando la puerta, ordenando un buen malbec y cordero, se tendrá una experiencia gastronómica única.
En Tante Sara (tiene 2 locales sobre la Avenida San Martín) habrá oportunidad de disfrutar de un buen café, o de un té, acompañado de sándwiches o tortas, de esas que hacen disfrutar de algo dulce sin tener remordimientos de conciencia. Ramos Generales (Avenida Maipú 749), es imperdible para tomar un trago, un buen café o una comida completa en medio de un ambiente único: es una panadería, museo, bar, restaurante y cafetería localizado cerca al mar, abre desde temprano en la mañana para cerrar a media noche.
Ushuaia ofrece la oportunidad de hacer visitas al Museo Marítimo localizado en el edificio histórico de la antigua prisión, museos temáticos sobre la rica historia de la región, recorridos marítimos por el canal del Beagle, una visita al parque nacional Tierra del Fuego localizado sobre la bahía La Pataia, o una visita a La Estancia Harberton, la primera estancia en esta zona, que en 1886 le fue concedida por el gobierno argentino al fundador de Ushuaia y pionero de estas tierras: Thomas Bridges.
Lo descrito es solo un abrebocas para incitar a los viajeros a conocer esta tierra única donde se encontrará descanso y buena atención en medio de un paisaje indescriptible. Cada sitio o cada mirada tienen como fondo una postal natural. ¡Se lo prometo!
Comentarios serán bienvenidos a [email protected]
Buenos Aires. Noviembre de 2011.
[email protected]