Hoy, cuando el encierro y las salas vacías ya son un recuerdo, la Orquesta Filarmónica de Medellín comienza otra etapa: estrena sede, escogerá un director nuevo y celebra una nominación a los Latin Grammy 2021 junto a Tu Rockcito y Cantoalegre
En el coliseo del antiguo colegio Palermo se escuchan instrumentos. Tras ellos, están los músicos de la Orquesta Filarmónica de Medellín, Filarmed, que se preparan para un concierto cercano. Desde hace un tiempo, los gritos y voces de las niñas que antes estudiaban aquí, fueron reemplazados por otra música y sonidos. Pronto llegarán otras organizaciones al lugar como parte de la iniciativa Palermo Cultural. En este sitio, a pocos metros del corazón de El Poblado, nos recibe María Catalina Prieto, directora ejecutiva de Filarmed.
Con una sonrisa y su voz tranquila, cuenta que mientras decenas de orquestas en el mundo vivieron momentos muy desafiantes, la suya fue la única en el mundo que conservó su planta de músicos. No hubo despidos ni promesas inconclusas para un después; se dedicaron a crear actividades para mantenerse a flote mientras los teatros estaban cerrados y la salud física fue la única prioridad. Hoy, aunque no bajan la guardia ni se creen invencibles, ella y su equipo se sienten satisfechos de llevar la música clásica a todos los lugares de la ciudad. Esto es posible gracias al apoyo y confianza que reciben de donantes individuales, amigos de la orquesta, y de organizaciones como Comfama, Sura, EPM, Argos, Bancolombia, Alcaldía de Medellín y el Ministerio de Cultura.
¿Qué representa la nominación al Latin Grammy 2021?
María Catalina Prieto (MCP): “Es muy importante, por varias razones. Primero, porque no es fácil que una orquesta entre en esa lista. Normalmente, los Premios Grammy están limitados a los grandes rockeros, estrellas del pop o reggaetón. El hecho de ser reconocidos en un medio más comercial es importante en términos de visibilidad para la orquesta. Nuestro objetivo es que la música sinfónica haga parte del día a día de las personas, y esta nominación ayuda a que algunas de ellas no piensen, como ocurre a veces, que se trata de un grupo de gente muy mayor al que escuchan unos cuantos asistentes. El hecho de que sea con un producto infantil nos alegra porque tradicionalmente la música o los productos dirigidos a este público subestiman a los niños.
“La música clásica no hace parte de la cultura local. La llevamos a las empresas, a todos los lugares y públicos posibles. Transformamos la ciudad a través de la música y nadie está exento de recibir belleza”;
Este producto, “Tu Rockcito Filarmónico”, es una apuesta educativa y demuestra que los niños pueden disfrutar y apreciar este tipo de música. El disco está acompañado de una cartilla y estuvo precedido por unos conversatorios que tuvieron como objetivo acercar a los niños a la música sinfónica.
Desde hace varios años, Tu Rockcito y Cantoalegre hacen una tarea maravillosa: educar a los niños a través del juego y acercarlos a través de las canciones. Sumarle la música sinfónica lo ha enriquecido. En el caso específico de Tu Rockcito, todo está pensado y hay muchas personas detrás. Independientemente del resultado final en los Grammy, estamos felices y agradecidos”.
Ustedes tienen unas líneas de trabajo. Nos podría contar cuáles son.
La primera es circulación que consiste en llevar la orquesta a distintos lugares convencionales y no convencionales. Esto lo hemos hecho desde un comienzo y cada vez lo hacemos mejor. La segunda tiene que ver con la apropiación, y parte de la base de que en Medellín, la mayoría no crecimos en una cultura de la música sinfónica desde pequeños. Nuestra labor como orquesta es entender esto y saber que debemos volvernos cercanos y enseñar a la gente. A veces escuchamos un discurso que dice que hay que enseñarle a los estratos 1 y 2, y no necesariamente es así. Aquí me he encontrado con presidentes de compañías que han viajado por muchos lugares del mundo y tienen salarios muy altos y no saben cuál es la diferencia entre un contrabajo y un violín. Y eso es común y entendible porque muchos de nosotros crecimos entre vallenatos y rancheras. Por eso, vamos también a las empresas y hacemos talleres donde los asistentes pueden aprender cómo usar la lógica de la música sinfónica en entornos laborales como trabajo en equipo, liderazgo y trabajo creativo. Nosotros transformamos con música la ciudad. Nadie está exento de recibir y producir belleza, y eso es lo que hacemos.
¿Cómo está la orquesta ahora, después de un tiempo tan desafiante como la pandemia?
De alguna forma seguimos en pandemia porque la reactivación económica no se ha dado. Para nosotros como orquesta no ha sido fácil porque aún no podemos tener la orquesta completa en el escenario por los protocolos de bioseguridad. Esta situación también es compleja porque el concepto acústico de una orquesta tiene que ver con estar cerquita. La labor comercial (patrocinios, venta de servicios y productos) ha sido más difícil, pero no nos podemos quejar, nos hemos mantenido. Aquí no hay historias de quiebra gracias a un esfuerzo enorme del equipo administrativo que ha buscado productos nuevos con los músicos y espacios posibles. Tomamos acciones cotidianas de las personas y las vinculamos a la música, y esto generó actividades muy bonitas, y variadas durante el tiempo de la pandemia. Actividades que nos permitieron seguir.
Todo ha sido posible gracias a la disposición de los músicos. Es difícil encontrar una orquesta con músicos tan dispuestos como estos. Ellos no ofrecen resistencia y creo que parte de esa actitud es el agradecimiento por lo ocurrido en la pandemia. Fuimos la única orquesta privada del mundo que mantuvo a sus músicos. Nosotros tomamos la decisión consciente de mantenerlos porque sabíamos que ellos y sus familias dependen de nosotros. Sin los músicos y sin todos nuestros aliados y donantes, todo este trabajo no hubiera sido posible y no tiene sentido.
¿En qué ha cambiado la orquesta en los últimos años?
Hace un tiempo realizamos una evaluación de la orquesta, sus músicos, y también, un plan artístico. Nos pusimos como meta ser una orquesta referente, en Latinoamérica, en el 2023, por nuestro modelo de gestión. Miramos qué era necesario fortalecer. Hoy la orquesta está en un buen nivel y estamos viendo los frutos de un proceso. Esto lo vemos nosotros y también los directores colombianos o de otros países que nos visitan. Nuestros músicos están tocando bien, son conscientes de ellos, de sus compañeros, y yo estoy muy orgullosa de eso. La orquesta está en un buen momento. Estrenamos sede y también tendremos un director nuevo y titular.
¿Cómo ha sido el proceso para escoger a este director y cuándo lo conoceremos?
El próximo 2 de noviembre anunciaremos quién fue el escogido. Ahora estamos con el último de los candidatos. Durante tres años tuvimos directores invitados en el que tuvimos la oportunidad de conocer otros estilos. De ese grupo salió una terna que nos ha acompañado en los últimos meses. El proceso de selección ha sido muy juicioso y ha sido guiado por los estándares de la Liga America de Orquestas. Ha sido un proceso transparente. Escribimos un perfil en el que está incluida su capacidad para recaudar fondos y el sentido social porque nos interesa transformar la ciudad a través de la música. A eso le sumamos su comprensión e interés hacia los procesos educativos. Cada director será evaluado con varias rúbricas que tendrán una calificación. El puntaje final nos permitirá escoger al director que nos acompañará por los próximos cuatro años.