Este fenómeno afecta a todo el mundo, pero en los países tropicales, según Rosana Arizmendi, profesora de Ecología de la Universidad Eafit, aumenta las sequías y al mismo tiempo las lluvias e inundaciones, es decir, vuelve extremos los fenómenos naturales.
¿Qué puede pasar en la ciudad, o en El Poblado, por los efectos del cambio climático? Arizmendi explicó que además de lo que naturalmente pueda suceder, las actividades humanas han disminuido la resistencia de los territorios a los efectos adversos de fenómenos naturales. “En El Poblado, como hay tantos edificios, se han perdido muchos árboles, y estos son necesarios para purificar el aire, disminuir la erosión de la tierra y regular las inundaciones, reteniendo con sus raíces el agua en la tierra y siendo una barrera física para las corrientes de agua. Donde hay árboles generalmente hay suelo sano entonces este puede absorber el agua”.
Consultada por Vivir en El Poblado, Carolina Sanín, jefe de Biodiversidad del Parque Explora, explicó que la Comuna 14 es una zona vulnerable al tener pendientes pronunciadas. “Se pobló sin tenerse en cuenta que es un territorio de desagüe, por el que pasan muchas quebradas. Ese fenómeno de no convivir con el agua nos trae problemas si no respetamos su capa vegetal y los retiros. Las quebradas deben tener un espacio de inundación: al no tenerlo esas aguas empiezan a aflorar por cualquier parte. Lo que hicimos fue enterrar las quebradas, construir encima de humedales y nacimientos, que es terrible para la seguridad de la provisión hídrica en un futuro. Medellín tiene que traer el agua cada vez de más lejos, lo que hace la ciudad menos sostenible y menos adaptable al cambio climático”.
En el Plan de Ordenamiento Territorial de 2014 está escrito que hay 11 barrios de la comuna 14 que tienen riesgo por su cercanía con quebradas como La Presidenta, La Escopetería, La Poblada y La Olleta. Según este, los barrios Las Lomas No. 1, La Florida, El Poblado, Manila, Astorga y Patio Bonito están en riesgo de avenidas torrenciales, es decir, movimientos en masa de volúmenes altos de escombros dentro de las quebradas que pueden generar daños importantes. Por otra parte, El Tesoro, Los Balsos No. 1, El Diamante No. 2, El Castillo y Los Balsos No. 2 están considerados en riesgo de movimientos en masa (desplazamientos de suelo).
Elsa Escobar, directora de la Fundación Natura, explicó en el evento que, por otro lado, las olas de calor generan más consumo de agua y presionan los acueductos municipales. Además, dice Arizmendi, secan las quebradas y condicionan la vida de los árboles, y por tanto, de los demás organismos que viven en ellos. Por ejemplo, dice Sanín, las aves que están “íntimamente ligadas a la flora” al habitarla y alimentarse de ciertas especies, pueden verse desplazadas por la enfermedad o muerte de estas.
Para Escobar, la solución está en la conservación y recuperación de la biodiversidad. Su propuesta es estudiar la implementación de bosques urbanos que ayuden a regular la temperatura, a evitar catástrofes por las inundaciones, a conservar especies de fauna, y a mejorar la calidad del aire, entre otros beneficios. Sin embargo, apuntó: “En Colombia la investigación en biodiversidad, siendo un país megadiverso, es nula. No tenemos idea de qué es la biodiversidad ni sabemos lo que significa su pérdida, ni buscamos solución en la generación y conservación de esta”.
Soluciones oficiales
La subdirectora ambiental del Área Metropolitana, Maria del Pilar Restrepo, planteó que hay iniciativas desde su institución para la mitigación de estas consecuencias. “Estamos promoviendo fortalecer las redes ecológicas de los 11 municipios e incrementar el índice de espacio verde per cápita. Estamos conversando con el gremio de la construcción para lograr pronto un acuerdo metropolitano para tener un fondo de compensación y que nos presenten ofertas no individuales sino en conjunto, que sean más significativas”, dijo.
También explicó que están desarrollando junto a EPM un protocolo en caso de déficit hídrico, y que comenzaron un programa de Brigadas Arbóreas para identificar el estado de árboles y zonas de siembra. Este programa se realizó la semana pasada en el barrio El Tesoro, donde se identificaron 39 árboles en riesgo, 15 para poda, 28 sitios de siembra y dos árboles especiales, según la funcionaria.