El desarrollo del sector gastronómico en nuestra región es notable en casi todos los aspectos. Constantemente aparecen más y más ofertas deliciosas como lo puede corroborar el botón de mi bluyín cada vez más lejos del ojal. El boom gastronómico mundial también llegó a Medellín y la cocina cada día se acerca más a ser parte del importante paquete turístico que ofrece nuestra ciudad; de hecho, la Alcaldía y la primera dama, doña Claudia Márquez, han liderado un proyecto para exaltar aquellas joyas culinarias que mantienen nuestra tradición, en el cual universidades, instituciones y cocineros nos juntamos para desarrollar una guía que define los corredores gastronómicos, tanto para visitantes como para locales; y no se trata de los restaurantes que ya todos conocen, por el contrario, se trata de invitar a descubrir los héroes anónimos que conservan nuestras exquisiteces paisas en pequeños locales, caspetes, kioskos y chazas, muy populares en los barrios en donde están pero desconocidos para la mayoría. A esto se suma el éxito que han tenido los Mercados Campesinos con la gente de los corregimientos, un gran acierto que permite acercar al pequeño productor al consumidor eliminando intermediarios, de manera que los dos obtienen precios más justos.
En este proceso de crecimiento lamentablemente seguimos cometiendo graves errores que nos perjudican a comensales y negocios; errores comunes que debemos corregir si queremos que todo este proceso siga adelante, ahí está la Virgen.
Comensales. Aunque se diga que el cliente tiene la razón, a nadie, por importante que se crea, le queda bien faltarle al respeto a meseros, cocineros, cajeros, celadores, steward y demás personas que están para servirle, ni siquiera estando borracho; sin ser cuestión de estrato, muchos muestran el cobre y su falta de cultura, eso que no se compra ni se vende.
Reclamos. Uno de los peores defectos que tenemos los paisas, a pesar de que nos las sabemos todas, es que no reclamamos cuando nos sirven comida maluca, poquita, mal preparada… cualquier negocio serio agradece que le hagan caer en cuenta de sus errores, eso sí, con elegancia y buenas maneras.
El chef. Algunos chef gritan y maltratan el personal. Una etapa por la que pasamos todos los que hemos dirigido una cocina pero que definitivamente tiene que desaparecer con la madurez.
Envidia. Nos mortifica enormemente que a otro le vaya bien. Procure ver a su competencia como su colega y va a dormir mucho mejor.
Ubicación. Estudie muy bien la zona en donde va a montar su negocio y sea creativo. Montar lo mismo que ya está funcionando con éxito habla muy mal de usted. La envidia es mala consejera.
Colombia. Antes de abrir más restaurantes italianos, españoles, mexicanos y peruanos, que ya hay muchos muy buenos, siéntese a pensar qué puede hacer por nuestra cocina.
Una arepa bien arepa. Varios hechos me hicieron revivir la esperanza del regreso de las arepas: las que hacen en la casa del célebre abogado Guillermo Zuloaga, de las que llevamos más de 200 a una pesquería en Argentina y enloquecieron a los gauchos que no las conocían. Las que están vendiendo en Aguacate, en el Parque de La Presidenta, recién pasadas por el molino. En Mercajuste, en todo el alto de Las Palmas, las que venden hechas a mano por la “tía Estela” como Dios manda, con repulgue, huellas y aroma a leña. ¿Será que sus hijos sí conocen las arepas de verdad? Escríbanme a [email protected]
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Errores comunes y arepas bien arepas
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