El primer Período de Gestión de Episodios de Calidad del Aire en el Valle de Aburrá, declarado entre el 20 de febrero y 1 de abril, dejó un balance positivo, ya que en ningún momento durante todo el periodo hubo registros de niveles de PM2.5 Dañinos a la Salud (ICA rojo) en alguna de las estaciones de la red de monitoreo ubicadas en los 10 municipios de la región metropolitana.
Le puede interesar: Airmony, aplicativo para monitorear calidad del aire en Valle de Aburrá y tomar decisiones en el día a día
Según el seguimiento que hizo el Sistema de Alertas Tempranas –Siata-, los niveles de PM2.5 durante este primer episodio registraron dos períodos donde la calidad del aire alcanzó niveles correspondientes a Dañinos para Grupos Sensibles (ICA naranja) en más de 8 estaciones a la vez, estos ocurrieron entre el 24 y 27 de febrero, y, entre el 20 al 24 de marzo.
Las estaciones ubicadas en la Casa de Justicia del municipio de Itagüí y en el Hospital de La Estrella fueron las que reportaron el mayor número de horas con ICA naranja, con un total de 48 y 42 horas respectivamente. El resto de las estaciones tuvieron esta categoría entre un total de 5 y 31 horas. Resaltando que no se alcanzó el número mínimo de estaciones y de horas requerido para la declaración de un estado de prevención por constatación, de acuerdo con los requisitos definidos en la Resolución 2254 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Estos buenos resultados en la gestión y monitoreo se obtuvieron a pesar de las afectaciones por fuentes externas que incidieron en la calidad del aire durante este periodo. Según los reportes del Siata, en el noreste del país y Venezuela hubo 2879 incendios forestales cuya masa de aire pudo afectar a la región metropolitana.
Juan David Palacio, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, explicó el comportamiento registrado en este periodo:
Los puntos calientes
El seguimiento satelital del número de puntos calientes presentó incrementos significativos entre el 20 al 25 de febrero y entre el 20 al 25 de marzo de 2023. Estas semanas de ocurrencia máxima de puntos calientes coincidieron con las semanas de mayor incremento en los índices de calidad de aire durante el periodo de gestión.
Además del incremento de puntos calientes, las trayectorias de masas de aire que se dirigían al Valle de Aburrá durante estos mismos periodos tuvieron como direcciones de transporte predominantes aquellas provenientes de los sitios de ocurrencia de dichos incendios, incidiendo en el incremento de material particulado en la región.
Estas afectaciones fueron corroboradas con los incrementos reportados por los equipos de medición de Black Carbon y Carbono Total ubicados en la estación Tráfico Centro, que mostraron aumentos significativos en los indicadores asociados a la contribución porcentual de la quema de biomasa durante las semanas del 24 al 28 de febrero y del 20 al 27 de marzo de 2023.
Lea: Investigadores del CES advierten sobre la incertidumbre climática en Colombia, en este 2023
Además, los acumulados de lluvia para la región metropolitana en los tres primeros meses del año tuvieron resultados variables, con un febrero relativamente seco, mientras que en los meses de enero y marzo se registraron acumulados de lluvia por encima del 30% de los promedios históricos. Esta situación se puede explicar por la transición ocurrida entre las condiciones La Niña a condiciones ENSO neutrales.
Igualmente, el incremento de lluvias en la región norte de Suramérica, asociadas con la transición de las fases del ENSO, ejerció un control sobre las afectaciones por fuentes externas, mitigando el impacto que estas generan durante los periodos más críticos del episodio de gestión de calidad de aire.
Según los reportes y los pronósticos atmosféricos más recientes, se espera que durante los próximos meses se mantengan condiciones ENSO neutrales. Sin embargo, existe una probabilidad muy alta de que se generen condiciones El Niño durante los meses de mayo y junio de 2023, próximo al segundo periodo de gestión de calidad del aire.
Sin embargo, dada la complejidad inherente de los fenómenos físicos a escala global, especialmente de aquellos relacionados con la interacción océano-atmósfera, esta probabilidad puede cambiar en los próximos meses.
La posible consolidación de un fenómeno del Niño plantea un reto para la región, debido a los efectos producidos por la reducción de los acumulados de lluvia durante esta fase del fenómeno, con impactos negativos a la calidad del aire por el incremento en fuentes externas por el aumento en la susceptibilidad a ocurrencia de incendios.