Un análisis del Laboratorio de calidad del aire de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional sede Medellín señala que la menor ocurrencia de incendios y la disminución del tráfico vehicular incidirán en favor de que octubre no presente una nueva contingencia ambiental por contaminación atmosférica en Medellín y el área metropolitana.
Desde 2016, el Aburrá ha presentado estas contingencias de manera consecutiva entre febrero y abril y entre octubre y noviembre, por el predominio de cambio de época seca a húmeda y porque las velocidades del viento son bajas y no logran dispersar los contaminantes. Sin embargo, señaló Carmen Elena Zapata, profesora del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente y coordinadora del Laboratorio de Calidad del Aire de la UNAL Medellín, las condiciones actuales permitirían descartar por esta vez el fenómeno.
Hay menor tráfico vehicular, por incidencia de la pandemia, que representa contribución de contaminantes hasta del 85 %, y añade la profesora Zapata, no hay ocurrencia de incendios forestales, que afectan la calidad del aire. A comienzos de año conflagraciones en la Amazonía, la Sierra Nevada de Santa Marta y Venezuela tuvieron repercusiones en el Aburrá.
La profesora Zapata igual advierte que las estaciones de medición de calidad del aire ya están pasando de verde, tal como se presentaron en mayo y en junio, a amarillo, de calidad moderada, y que no se puede bajar la guardia.
Por su parte, José Fernando Jiménez, del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas, invita a un uso moderado de vehículos y a una salida gradual de la cuarentena. La baja probabilidad de tener otro episodio crítico no puede ser una invitación a que “empecemos a contaminar”, remató el docente.
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