Ya echó a andar el golpe de tres meses que, con el Mirado #2 en ristre, notificó ese día el presidente. Fue durante el Encuentro de Medios Comunitarios (Caquetá) donde, presa del paroxismo que le produce la trilogía tarima-micrófono-aplausos, dijo, entre otras cosas, que para contrarrestar el periodismo que califica de vendido a los ricos –los grandes medios que lo fiscalizan-, su gobierno financiará la independencia de los pequeños. (Un contrasentido que no puede pasarse por alto).
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No se sabe qué es peor para la estabilidad económica, social y emocional de un país: un jefe de Estado que anda detectando conspiradores o uno que anda fabricando bombas de opinión. O uno que viene en combo: detector y fabricante, todo en uno. ¡Tenaz! Lo elegimos, lo tenemos y lo despediremos democráticamente –muy a su pesar- el 7 de agosto de 2026, vivito y coleando. Mientras…, según haya dormido, escoge al enemigo de la jornada. (Aunque tiene su corazoncito: la “oligarquía”, la oposición, los medios, las periodistas, los gremios, los “asesinos” que gritan Fuera Petro en los estadios…, son sus blancos preferidos).
A los magistrados del CNE, además de tildarlos de chambones, los señaló de golpistas –en contubernio con la oposición-, por cumplir con el deber de investigar la financiación de su campaña presidencial. Con verbo encendido anunció, sin pruebas, que “la orden ya está dada”, en tres meses lo tumban o lo matan. Es que entre la desconfianza que lo acompaña desde aquellas épocas y el gran concepto en que se tiene desde que lo trajo una nave espacial, nada más corriente que declararse víctima de persecución ante cualquier crítica, por comedida que sea. Él, en cambio, se otorga el derecho de hacer las que quiera. (Señalar de forma arbitraria es su pasatiempo predilecto porque lo de gobernar…, no parece estar por la labor).
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Por eso impugnó la orden de retracto proferida por el Consejo de Estado, derivada de las acusaciones que lanzó contra Enrique Vargas en la Nueva EPS. Por eso, en pleno paro camionero, dio a conocer una comunicación confidencial de la Uiaf sobre el software Pegassus; la Unidad, en consecuencia, está ahora suspendida del intercambio internacional de informaciones de activos financieros. (Los camioneros también fueron acusados de golpistas, no obstante la mayoría deriven el sustento de uno o dos vehículos, conseguidos con esfuerzo. Al parecer, “el pueblo” que llama insistente a las calles, le gusta y le sirve mientras lo apoye y permanezca en la pobreza; si alguien logra superarla, pasa de inmediato al compartimento de oligarca despreciable).
Por eso argumenta que sólo son asesinados los periodistas que dicen la verdat, ¿qué tal el trasfondo de este concepto?; y denomina a las mujeres periodistas que se niegan a besar el suelo que pisa, “muñecas de la mafia”. (No las piensa).
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Por eso se mostró sorprendido de que “un negro sea conservador”. Un negro que, como tantos colombianos de todos los colores, está lleno de méritos personales y profesionales, y preside hoy día la Corte Suprema.
¿Quién es este hombre para decidir cuál debe ser el pensamiento de nadie?
ETCÉTERA: El camino, la verdat y la vida, podría responder, muy orondo, con uno de esos falsetes sostenidos que lo dejan sin oxígeno. En estado de golpe.