La exigencia de mentiras, en aumento

Por fin pasaron las elecciones en USA, ¡por fin! Y por fin, en pocas semanas, terminará este período caótico y oscuro, tanto para su país como para el mundo, que ha sido la presidencia de Donald Trump.

No obstante, es impresionante la votación que obtuvo el presidente saliente; van a ser más de 74 millones de votos cuando terminen de contar.

La mayoría de esos 74 millones han aceptado la dura realidad de que su candidato perdió, algunos incluso yendo al extremo de criticar esa decisión, típicamente trumpista, de no aceptar jamás la derrota y no facilitar para nada la transición.

Pero hay otros muchísimos votantes que no aceptarán jamás ese resultado. Nada ni nadie los convencerá de que las elecciones fueron limpias. Esa ficción de que fueron robados los acompañará durante muchísimos años, será su combustible ideológico.

El ejemplo más claro es el de la cadena Fox, normalmente la más derechista. En época de elecciones, decididamente ultraderechista. Y, francamente, se acaban los calificativos para definir a sus principales estrellas, los dueños del prime-time y de la opinión.

Pues esta cadena, igual que casi todas las demás, empezó a dar por ganados para Biden algunos estados que, según los republicanos, deberían haber sido rojos y no azules. Y se ha mantenido así, a medida que los resultados se han consolidado, y ya no queda duda de que Trump fue un presidente de un solo período.

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Estas aseveraciones fueron suficientes para que una importante fracción de su audiencia, cautiva y totalmente fiel hasta ese momento, se rebelara contra la cadena.

Este segmento extremo no tiene el más remoto interés en que le digan la verdad; pide con vehemencia que por favor le digan mentiras. Y si no se las dice Fox, entonces buscan otra. No figura entre sus planes cambiar de opinión de cara a la realidad.

Y efectivamente, ahí estaba la otra. Newsmax, cadena hasta hace muy poco solo conocida y vista por un puñado de extremistas, ha crecido como la espuma. Porque es la única que a toda hora está predicando y amplificando el supuesto robo de las elecciones.

Estamos ante una nueva realidad: ya no es un medio amarillista que, para ganar audiencia, transmite noticias sesgadas y exageradas. Lo que llamaríamos la “oferta” de contenidos falsos. Ahora se trata de que un segmento importante de la población exige que le den esos contenidos falsos. Podríamos llamarla la “demanda” de mentiras.

Exigen esas mentiras como una manera torcida de probar que siempre han tenido la razón. Y que todo lo demás es una farsa, una gran conspiración que, gracias a medios “heroicos y objetivos” como Newsmax, pronto será develada.

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