/ Juan Carlos Vélez Uribe
Bien interesante ha resultado el debate que se ha venido dando en Medellín y en Envigado con respecto a la eventual tala de entre 130 y 170 árboles en la carrera 43 A, que todos conocemos como la Avenida El Poblado y que antes se conocía como la vía a Envigado. Con esta tala se pretende dar paso a las obras de Metroplús que conectarían a Envigado con la Estación la Aguacatala en este sistema de transporte.
El debate ha sido importante en cuanto a que es evidente la concientización de la ciudadanía con respecto a la protección del medio ambiente. Es la primera vez que vemos una movilización ciudadana significativa que busca evitar la tala de árboles sembrados hace más de 30 años, que por su impacto visual han sido denominados en su conjunto el túnel verde.
Esta oposición ciudadana es un mensaje muy claro y contundente a quienes de ahora en adelante tendrán que ver con el desarrollo urbanístico de la ciudad. Tendrán ellos que socializar muy bien los proyectos y, sobre todo, informar con mucha claridad cuáles serán los efectos ambientales que estos tendrán; no bastarán convocatorias a audiencias públicas en los avisos clasificados de los principales periódicos de la ciudad, sino que deberán buscar que en estas se logre una presencia masiva de la ciudadanía afectada por tales proyectos, con el fin de darle validez a ese tipo de decisiones. Dichas audiencias con pocos asistentes, así sean válidas según la ley, no tendrán efecto alguno cuando la ciudadanía se movilice.
Yendo más allá, las autoridades administrativas de nuestros municipios deberán tener muy en cuenta lo que opine la comunidad con respecto a dichas obras, pues una mala decisión podría producir consecuencias políticas irreversibles. Recordemos que la “Primavera Árabe”, la cual arrasó con varios gobernantes ”indestronables” en el Medio Oriente, comenzó por el maltrato que un simple policía le dio a un ventero ambulante; este se inmoló a raíz del suceso y la consecuencia fue el derrocamiento de los mandatarios de Egipto, Túnez, Libia, casi el de Baréin y posiblemente el de Siria.
Por tal razón hago un llamado a las autoridades de Envigado y Medellín para que no se vayan a equivocar en su decisión sobre el túnel verde. Reemplazar unos árboles por otros, como se propone, no parece ser la solución, porque se requiere esperar hasta 30 años para que la situación regrese a su estado inicial, para volver a ver los túneles verdes que hoy tenemos en Envigado y El Poblado, y no sé si todos tendremos el tiempo para lograrlo.
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