El sector de Provenza, uno de los más conocidos de El Poblado, se debate entre el ruido y los deseos de calma. También entre los edificios de familias, los bares y restaurantes. Conversamos con algunos de sus habitantes.
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Era el año de 1966. En ese entonces, cuenta la historia local, se inauguró una iglesia: La Divina Eucaristía. Esta construcción trajo hasta este sitio personas nuevas y sirvió como lugar de encuentro y oración para la gente de este sector, que vivía en casas grandes, con antejardines y árboles altos que regalaban sombra en la tardes del sol. Con el paso del tiempo, comenzaron a construirse restaurantes, sitios para diversión y algunos hoteles. Hasta transformarse en lo que es hoy: un sector de El Poblado con vocaciones encontradas: residencial y comercial.
60 dB es lo permitido en términos de ruido en zonas residenciales.
Varios de los vecinos nos han escrito para manifestar su inconformidad ante el ruido que escuchan, especialmente en las noches. Entre ellos está una familia del edificio Vegas de Catay, que dice haber llamado a la policía en varias oportunidades para que detenga fiestas, conciertos y otras celebraciones. Viven aquí desde hace 20 años. “Sabemos que en el Plan de Ordenamiento Territorial, Provenza aparece como un sector de uso mixto. Sin embargo, sentimos que, en el último tiempo, la gente de los apartamentos quedamos relegados. Uno llama a la policía, van al sitio, pero no pasa nada nuevo”.
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“Se diseñó una intervención que acompañará la estrategia de control, no solo de ruido, sino también de espacio público y seguridad, que se anunciará en los días siguientes ” y que responderá a esta nueva realidad que surgió después de la reapertura completa de los locales comerciales. Secretaría de Espacio Público
Arte y “parche”
Juan Daniel Betancur es uno de los socios de Coolto, Arte y Calle, una galería en la carrera 36 # 7-32. Cuenta que desde hace varios años realizan eventos en una terraza con el fin de promover el arte y tener espacios de reunión. Desde enero del 2020, empezaron con sus “Jam Session”, unas sesiones de música donde la salsa es el género protagonista. “Todos los miércoles realizamos este evento para conservar la salsa y ayudar a que se encuentren los artistas. Entendemos que a algunas personas les molesta el ruido del timbal, pero, al mismo tiempo, sabemos que no estamos haciendo nada contra la ley. Nuestros niveles de ruido están dentro de los permitidos (60 decibeles) y las reuniones van hasta las 12 de la noche, hora establecida. Nadie se ha acercado a hablar.
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Solo nos insultan a través de redes sociales y llaman a la policía, que viene, revisa y se va, al ver que cumplimos. A partir del miércoles 11 de agosto, trasladaremos los encuentros de la terraza a un salón interior. Esperamos que eso ayude. Nuestro propósito no es molestar; solo que haya arte y ‘parche’”.