Por: Juan Carlos Franco
Estamos ya metiéndonos de lleno en campaña electoral. Dentro de poco los candidatos estarán plenamente definidos para Alcaldía y Gobernación.
Y como cada 4 años, presenciamos el espectáculo habitual: Los políticos con aspiraciones buscan afanosamente ubicarse detrás del candidato con mayor posibilidad de ganar en octubre y luego nos tratan de convencer de que esos movimientos –a veces volteretas dignas del mejor acróbata- son honestos y basados en una ideología sólida y coherente.
Cada cual interpreta su papel a la perfección. Nosotros hacemos como que les creemos y ellos hacen como si nosotros les creyéramos de verdad. Y algunos son maestros en indignarse profundamente si alguien sugiere que lo hacen por mera conveniencia electoral. En fin, siempre ha sido así y no parece haber posibilidades de cambios en el horizonte.
Lo triste para El Poblado es que sus necesidades y problemas poco importarán en esta carrera. Sencillamente, las bondades de la democracia no nos ayudan: Los habitantes del Poblado somos solamente el 5% de la población de Medellín, de modo que lo que aquí opinemos seguramente no será la prioridad para ninguno de los candidatos. El Poblado participa y debate con entusiasmo, pero la verdad verdadera es que al final poco cuenta.
Si usted cree que, por ejemplo, el curioso proyecto de valorización que tanto hemos discutido aquí será importante en el debate de los próximos meses, tendrá una desilusión. Algunos candidatos tratarán de no tener posiciones muy claras, pues podrían enredarse sin mucha necesidad. Otros tratarán de pescar en río revuelto. Pero estarán tranquilos, pues la Alcaldía no se define aquí.
Si algún candidato dice que sigue con la valorización, buscarán asociarlo de lleno con la actual administración, lo cual no parece garantía de triunfo. Entonces se limitará a decir obviedades, como que hay que revisar plenamente el proyecto y seguir con lo bueno, eliminando lo malo… Resultado neto, al menos un año adicional de retraso en varias de las obras importantes.
Y el que de entrada sea enemigo político del actual Alcalde, no tendrá que hurgar muy profundo para encontrar elementales falencias en el proyecto y declarar que lo cancelará. Resultado neto, más incertidumbre. Y tal vez otro año más sin obras.
Sea como sea, la cosa pinta negra para nuestra comuna de El Poblado. Y cada día que pasa significa el ingreso de tal vez 15 ó 20 vehículos nuevos, con todo su efecto sobre la movilidad, el aire y la calidad de vida.
O sea, gracias a la incertidumbre causada por un mediocre proyecto de valorización es muy probable que las propiedades terminen desvalorizándose. Y que en adelante sea muy difícil hacer más proyectos por este mecanismo.
Y que cuando estas obras finalmente se ejecuten, su efecto sea muy poco (too little, too late”) sobre la desesperante situación de movilidad de El Poblado.
¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Fue acaso mal manejo de la actual administración? ¿Malas comunicaciones? ¿Exceso de optimismo y poca previsión? ¿Falta de liderazgo? ¿Terquedad para no cambiar a tiempo las cosas que desde el principio incomodaban a la comunidad por su falta de lógica o de justicia? ¿O será simplemente que, con tantas cosas por hacer en otras comunas repletas de votos, los problemas de por aquí inevitablemente son secundarios? Y eso que aquí se genera más del 40% de los impuestos a la propiedad.
¡Tiene que haber otra manera de hacer las cosas que resulte mejor para El Poblado!
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El Poblado: Solo el 5% de Medellín
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