Han pasado casi dos meses (el 15 de octubre se cumplen con exactitud) desde aquel domingo en que “Escena con jinete”, el mural pintado por el maestro Fernando Botero y que estaba en el centro comercial New York, centro de Medellín, fue trasladado a su casa definitiva: el museo de Antioquia.
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Escena con Jinete” fue pintada por Fernando Botero en 1960, cuando su nombre aún era desconocido, y el tramo más relevante en su camino por el mundo del arte estaba aún por ser recorrido. Mide 2.5 metros con 9,07 metros y sus partes pesan alrededor de 2 toneladas, en total. Para trasladarlo, fue necesario dividirlo en dos.
Cuenta la historia y algunos conocedores que “Escena con Jinete” fue pintado gracias a un encargo del Banco Central Hipotecario que quería su obra en este edificio. Posteriormente, este lugar fue comprado por una caja de compensación familiar, que posteriormente y ante sus dificultades económicas, vendió este espacio a unas personas que lo convirtieron en un estacionamiento de motos y en centro comercial.
Un mensaje que va más allá
Después de aquel movimiento planeado durante meses y posible gracias al apoyo de Comfama y Argos, Jairo Mora, el restaurador jefe y sucesor del fallecido Rodolfo Vallín, trabajó en el proceso de adaptación de esta obra, a su nueva vida. Después de varios meses en Medellín y de jornadas intensas, regresó a su casa hace unos cuantos días; ahora, la gente del Museo de Antioquia trabaja con dedicación para lograr que el mural esté listo para recibir al público en noviembre, mes en el que este lugar celebrará 140 años como una de las instituciones culturales más importantes de la región.
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Camilo Castaño, artista y curador del Museo de Antioquia es una de las personas que más cerca ha estado de este mural. Cuenta que aunque el mural no sufrió en el proceso de traslado, gracias a la planeación y al trabajo cuidadoso, ya tenía otras condiciones como deterioro, grietas y humedad, resultado de su presencia en el centro comercial, New York, y de algunas condiciones estructurales asociadas al edificio. Actualmente “el mural está izado en la pared donde va a pasar su tiempo; está en un espacio especial que antes albergó la obra de Luis Caballero. En los últimos meses se ha trabajado en un proceso de conservación e integración cromática y ahora, una empresa italiana trabaja en su iluminación (uno de los temas más delicados y sensibles a la hora de exhibir una obra); será un regalo para la ciudad, cuando el museo cumpla 140 años”.
Sobre el camino recorrido para trasladar esta obra y prepararla para el contacto con el público, cuenta que este es un hecho “que demuestra la importancia de los procesos y de la confianza. Este traslado y presencia ha implicado mucho tiempo, trabajo en equipo, la suma de saberes (ingenieros, arquitectos, curadores, restauradores, directivos, personas de instituciones variadas han intervenido) y un proceso de construcción de confianza, entre todos”.
Con la exhibición de “Escena con jinete”, a partir de noviembre, el Museo de Antioquia quiere crear encuentros entre las personas, “que la gente tenga motivos para salir de su casa e ir a un museo”, explica Camilo Castaño.
Agrega que esta es un pieza muy valiosa dentro de la obra del maestro Botero para que las personas entiendan otro tipo de creación de este artista y el papel del arte, en la sociedad. “Es un mensaje que va más allá de la obra, del espacio en el que está”.
Al mismo tiempo y ya dentro del museo, es una pieza que unirá varias salas, pisos, pisos y artistas.