Esta frase de Henry David Thoreau me genera tristeza pero, sobre todo, esperanza e ilusión. Tristeza por el potencial desperdiciado, tristeza por tantas vidas de silenciosa desesperación. Pero esperanza porque habla del potencial que todos llevamos dentro, de la canción maravillosa y especial que nos hace únicos. Porque la frase no dice que se van a la tumba vacíos, sino llenos de su canción. Me da ilusión pensar en la idea que hay tantas canciones maravillosas que todavía podemos escuchar. Me da felicidad porque tú, que estás leyendo este artículo, todavía puedes cantar tu canción, a todo volumen.
Según Shirzad Chamime, profesor de la Universidad de Stanford, solo el 20 por ciento de las personas alcanza su máximo potencial. Sin embargo, en su libro Inteligencia Positiva, Chamime explica que la única barrera real que tenemos somos nosotros mismos. Son nuestros pensamientos, nuestras creencias limitantes y nuestros miedos los únicos responsables por impedir nuestra completa expresión. Creo que estamos viviendo en una época donde cada vez más los seres humanos estamos entendiendo que la única guerra que vale la pena pelear es la que existe en nuestro interior; es el poder de controlar nuestra mente el único poder que tiene sentido.
Todas las personas tenemos dos voces que nos guían en nuestras decisiones: la voz de nuestro verdadero ser y la voz del saboteador. Shirzad Chamime explica que cada una de estas voces existe en nuestra vida por una razón. La misión del saboteador es que sobrevivamos. Es nuestra parte del cerebro que hemos heredado de nuestros antepasados. Es la razón por la que seguimos vivos hoy, pues es la parte que genera miedo y rabia para poder correr del peligro. La misión de nuestro verdadero ser es que prosperemos. Esta voz es la responsable por generar curiosidad, compasión, paz y felicidad. Así que tu capacidad de cantar tu canción, está determinada por quién de estos personajes gana más batallas.
La pregunta que debes hacerte hoy es, ¿cuál voz ocupa más tiempo en tu cabeza? Y, más importante aún, ¿cómo callar al saboteador y escuchar más a tu verdadero ser? De todo lo que he leído e investigado, el arma más poderosa contra el saboteador es la capacidad de identificarlo y nombrarlo en los momentos que aparece; una vez lo haces consciente su voz disminuye. Así que la próxima vez que sientas miedo, rabia o falta de confianza en ti mismo, para y piensa: ese es mi saboteador que quiere protegerme. Y luego, pregúntate ¿qué diría mi verdadero ser? Luego utiliza tu libertad para elegir la voz de tu verdadero ser.
El poder para cantar tu canción es tuyo y de nadie más. Este mundo quiere oír tu canción, este mundo necesita tu canción… Por favor, no te vayas con ella dentro.
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El mundo quiere oír tu canción
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