“Aquí debería sentirme tranquila y, sin embargo, tengo miedo. Hay un monstruo afuera que, con sus poderes terribles, le está haciendo daño a quien me alberga en su vientre. Yo siento cuando la ataca: el monstruo hace que le cueste respirar, afecta su corazón, sus ojos, su piel, su hígado y hasta su cerebro. Ella quiere escapársele, pero es imposible: él está en lo que respira. El monstruo es la contaminación del aire.
- …
“Cuando vea la luz del mundo también estaré expuesta a él, tendré que respirarlo. También a mí lastimará, así como a las plantas y a los animales. Todo podría seriferente, pero muy pocas personas están dispuestas a bajarse del carro, a usar más el transporte público, la bicicleta, ¡las piernas!
… - “Mi mamá está triste. Hace poco leyó que estoy en riesgo: la contaminación que respira podría estar llegando hasta mí.
… - “Algo está ocurriendo… me siento rara. ¡Me está atacando! ¿Podré terminar de desarrollar mis órganos? ¿Podré nacer?
…
“¿Podré vivir?”.
Sí: la contaminación del aire impacta mucho más que el sistema respiratorio. Partículas dañinas generadas en los motores –y en la quema de combustibles fósiles, en general– han sido encontradas incluso en la placenta, del lado de los fetos. A mayor contaminación del aire, mayor riesgo de aborto. En Medellín y el Valle de Aburrá nos falta mucho para poder respirar con tranquilidad. Los paños de agua tibia no son suficientes. ¿Qué haremos al respecto?