El encanto de Provenza que atrae al mundo entero

El atractivo turístico de Medellín se refleja en este barrio de El Poblado que atrae diariamente a miles de visitantes nacionales e internacionales. Los comerciantes de Provenza hablan de su historia, sus logros y sus sueños.

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En la década de los años cincuenta, el barrio Provenza de El Poblado empezó a llenarse de vida con las familias que recién llegaban a ver crecer sus hijos en un entorno de casas grandes y frondosos árboles, que hasta el día de hoy siguen dando sombra y frescura en medio de las soleadas tardes de Medellín.

5.900

personas trabajan en Provenza.

Y como la vida de barrio no está completa sin una tienda en la que se puedan comprar los “ajusticos” del mercado, en una esquina de Provenza estaba el Granero Social, que hace unos 15 años un grupo de vecinos transformó en El Social, un sitio para reunirse con los amigos alrededor de la charla con un aguardiente, una cerveza y algo para picar.

Sin duda, El Social fue el pionero de la transformación orgánica de Provenza en un barrio destinado al entretenimiento. “Nuestro propósito era tener un negocio para muchos años y tener buenos vecinos”, dice Samuel Restrepo, gerente y socio de El Social, pionero también en aprovechar el espacio público con la ubicación de mesas para los clientes.    

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Hoy Provenza tiene 146 establecimientos de comercio, entre bares, restaurantes, heladerías y hostales, que han ido llegando por la dinámica que ha transformado a Medellín en una ciudad turística con énfasis en el ocio y el entretenimiento.

146

establecimientos de comercio, entre bares, restaurantes, heladerías y hostales han ido llegando a Provenza por la dinámica que ha transformado a Medellín. 

Desde El Social surgió la idea de organizar a los comerciantes para evitar el deterioro del barrio y, por el contrario, potenciar la zona con una variada oferta para los turistas, que incluye factores como la seguridad, la preservación del entorno urbano y la facilidad de acceso. Así nació la Corporación Barrio Provenza, que desde hace nueve años es liderada por Juanita Cobollo, comerciante del sector.

La ARE de Provenza

Provenza tiene vida propia y unas necesidades diferentes en temas como manejo de residuos y de plagas, movilidad, seguridad, por mencionar algunos. Por esa razón, y acudiendo a uno de los instrumentos del Plan de Ordenamiento Territorial -POT- se decidió con el Distrito de Medellín que Provenza sea un Área de Rehabilitación Económica -ARE-, que les posibilita administrar el barrio en una alianza público-privada, en la que es un aliado fundamental la Agencia para la Gestión del Paisaje, el Patrimonio y las Alianzas Público Privadas -APP- de Medellín.   

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Para que la ARE de Provenza sea una realidad solo falta la firma de la Alcaldía de Medellín, pero entretanto ya tienen proyectos para realizar una intervención física que traiga armonía al espacio con códigos de señalética, sombrillas e iluminación. Vale resaltar que los empresarios, por iniciativa propia, ejecutan actividades de apadrinamiento de quebradas y zonas verdes, jornadas de siembra, como un aporte al cuidado del medio ambiente del barrio.

El arquitecto Paul Carder, vicepresidente de la Corporación Provenza, explica que hubo una reestructuración organizacional para asumir la ARE, que tiene cinco pilares: infraestructura, ambiental, seguridad, social y aprovechamiento del espacio público, cada uno con proyectos formulados. Asimismo, anunció que participarán en la próxima actualización del POT Medellín, porque si algo ha caracterizado a la Corporación Provenza es que trabaja de la mano de la administración municipal de turno por el bien del barrio y de la ciudad.

Economía dinámica

Empresarios de Provenza, como Wilson Arango, del Grupo Belisario, analizan el impacto del turismo en el barrio y sus efectos amplificadores a todo el ecosistema de la ciudad. “Un turista que venga a Medellín invierte no solo en el viaje y el hospedaje, sino también en transporte local y regional, restaurantes, suvenires, recorridos, y esto impacta a un sinfín de personas como los que hacen uniformes, muebles, suministros agrícolas, productos impresos, publicidad; es una cadena enorme de beneficiados”, dice Wilson Arango.

9

años de gestión tiene la Corporación Barrio Provenza. 

Antes de la pandemia, Provenza generaba unos 1.200 empleos; ahora ascienden a 5.900 personas con trabajo formal. La inversión extranjera también ha reaccionado, y no son pocos los que buscan propiedades o formar sociedades para crear negocios en Medellín.

Lo anterior implica unos retos importantes en infraestructura, capacitación de personal y la cadena de proveedores de diversos productos. Por lo pronto, el Grupo Belisario creó la Universidad Somos, que ofrece técnicas, tecnologías y cursos más avanzados para capacitar al personal del sector del entretenimiento. El Social también tiene su propia entidad educativa para formar a todos sus empleados, desde aspectos técnicos hasta charlas de crecimiento personal. 

Otro ejemplo de responsabilidad social es Federico Ocampo, socio de Yolo Hostel, pionero de este tipo de hospedaje en Provenza. Además de hacer empresa y generar empleo, Ocampo tiene una fundación que se enfoca en mejorar la calidad de vida de las familias de barrios periféricos, y brindar oportunidades laborales a madres cabeza de familia y a personas con discapacidades.

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Solo en Provenza

El turista que va a Provenza cada vez es más exigente. Por eso los negocios han enfrentado los retos con arquitecturas novedosas, cartas de comidas y licores sofisticadas y una atención impecable. De hecho, como pasa en las ciudades cosmopolitas, los mayores ingresos provienen de las propinas. 

De manera natural, la calle 33 de Provenza fue recibiendo los restaurantes de alta cocina, que hoy suman unos treinta. Las experiencias son variadas y superan las expectativas de los comensales. Uno de los primeros en llegar a la cuadra fue el restaurante La Chagra, que combina sabores de la gastronomía amazónica. 

Juan Santiago Gallego, propietario de La Chagra, dice que a través de su propuesta gastronómica quiere generar conocimiento y conciencia de esa gran región que comparte Colombia con otros países suramericanos. Además, Juan Santiago creó Curaca, una marca que distribuye productos indígenas que hoy son utilizados por más de 40 restaurantes colombianos, y Ceviches Amazónicos, otro restaurante con un concepto que está orientado al consumidor local.    

Como proyecto particular, La Chagra invitará a los mejores periodistas gastronómicos del mundo para que conozcan la cocina amazónica y, por supuesto, podrán recorrer las calles de Provenza, el barrio que además de canción es un lugar lleno de historias.

Hoy los comerciantes de Provenza se enorgullecen de su colegaje y su sentido de pertenencia, de haber logrado peatonalizar las calles para caminarlo sin prisas, de aprovechar el espacio público con mobiliario, de su vocación de servicio y de tener uno de los barrios más lindos de Medellín, de puertas abiertas para todo aquel que lo quiera recorrer y disfrutar de sus comercios.


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