El caminante

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El caminante
 
 
“El Caminante” es una estructura doble, creada por el contraste entre dos planos contrapuestos separados unos 120 metros, que se complementan de manera precisa
 
     
   
     
 
Por Carlos Arturo Fernández U.
 
 
“El caminante”, en el Edificio Bancolombia, junto a la Estación Industriales no es simplemente un objeto ubicado de manera más o menos casual y que nos sale al paso en el espacio urbano, sino que está pensado a partir de una relación inmediata con la arquitectura.
La obra, instalada en 2009, es una creación del Grupo Utopía conformado por los arquitectos y artistas Patricia Gómez, Jorge Mario Gómez y Fabio Antonio Ramírez. Lo mismo que todos sus trabajos anteriores, “El caminante” manifiesta el interés del Grupo Utopía por generar un proceso de reflexión acerca de las condiciones y posibilidades de la realidad urbana de Medellín, teniendo siempre al río como eje constitutivo básico, lo que se hace patente en este caso gracias a la ubicación del edificio. Mientras que, normalmente, las herramientas de la disciplina arquitectónica (planos, maquetas, perspectivas) buscan formalizar la información, los trabajos del Grupo Utopía crean un ámbito de poesía y de metáfora a través de llamadas de atención a la historia del arte y de la arquitectura que se reinstalan en los espacios del Valle de Aburrá.
“El Caminante” es una estructura doble, creada por el contraste entre dos planos contrapuestos separados unos 120 metros, que se complementan de manera precisa pero que revelan al mismo tiempo una especie de juego irónico y humorístico, reforzado por la pintura azul que nos separa de inmediato de cualquier referencia simplemente representativa. De hecho, parecería como si una única lámina metálica hubiera sido recortada con tijeras para sacar una figura, y luego se hubieran instalado aquí tanto la figura resultante como los restos vacíos de la lámina recortada. Es como si el cuidado con que se lleva a cabo el proceso industrial de corte de la lámina nos permitiera obtener dos obras con los recursos materiales de una sola y duplicar así su impactos y fuerza metafórica.
Cada uno de los dos elementos tiene una altura de 6.10 metros y un ancho de 2.40; realizada en acero de ¾ de pulgada, la obra tiene un peso total de 5 toneladas (unos 2700 kilos la figura llena y 2300 el perfil vacío).
Este trabajo manifiesta de manera expresa la invitación a la reflexión que nos hace el Grupo Utopía y, al mismo tiempo, sus preocupaciones urbanas. Para ello recurre a la referencia al Modulor de Le Corbusier que, como se sabe, fue uno de los más grandes arquitectos del Siglo XX. Le Corbusier presenta el Modulor como una figura humana que levanta su brazo derecho, y a partir de allí despliega todo un sistema de medidas y de proporciones. En realidad, a través del Modulor, cuyas dimensiones corresponden a las de una figura humana promedio, Le Corbusier está interesado en plantear las relaciones entre hombre, arquitectura y naturaleza que, en definitiva, cree determinadas por proporciones matemáticas y estéticas.
En la obra del Grupo Utopía, ambos planos de “El Caminante”, el positivo y el negativo, repiten la forma del Modulor y, por tanto, como es obvio, hacen expresa referencia al significado del mismo. Pero a diferencia del de Le Corbusier, “El Caminante” del Grupo Utopía se presenta como una figura colosal. Es, seguramente, una especie de gigante amable que nos protege; pero también, quizá, pueda leerse como una crítica suave a los desarrollos vertiginosos de la arquitectura del presente. De todas maneras, este “Caminante” nos hace percibir una situación límite en la cual el hombre parece haber perdido definitivamente su posición de medida básica y proporción de todas las cosas.
 
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