Con inversión cercana a los dos mil 660 millones de pesos el recinto de sesiones del Concejo de Envigado se moderniza. Pero avanza el deterioro del frontis del patrimonio arquitectónico que lo alberga.
La sesión era trascendental, pues se programó en el cumpleaños del municipio: una manera de vinculación. Sesión en parte virtual, en parte presencial, porque reinaba el COVID19 (junio de 2020). Con dos invitados de jerarquía: el alcalde Braulio Espinosa y el director del Área Metropolitana del Valle de Aburra, Juan David Palacio. Todo muy solemne, como correspondía. Pero… los micrófonos se relajaron, la calidad del sonido hizo mutis por el foro y eran difíciles las condiciones para que los funcionarios hicieran sus intervenciones…
En pocas palabras, el recinto de sesiones del honorable Concejo de Envigado estaba sacando la mano. El entonces presidente de la corporación, Bernardo Mora Calle, recuerda que -para colmo- cinco de los concejales salieron de allí con COVID19… como aprobado en plenaria.
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Dificultades descritas como “… de operatividad técnica y tecnológica en el recinto del Concejo Municipal, con deficiencias en (…) sistematización, registro de quórum, proceso de votación, intervenciones de los Concejales (sic), intervenciones de los asistentes a las sesiones, participación de la comunidad, accesibilidad desde medios virtuales presenciales, mixtos o remotos, participación ciudadana mediante medios tecnológicos, entre otras”. Así lo consigna la exposición de motivos de la Resolución 068 de 21 de julio de 2021, que determina que la corporación seguirá sesionando, mientras avanza la modernización requerida, en la Institución Universitaria de Envigado.
Al doctor Mora Calle se le ocurrió que, con 400 millones de pesos que tenía en caja, podía poner el case en metálico para resolver estas dificultades. La anterior Mesa Directiva ya había demostrado igual preocupación. Entonces les propuso al alcalde y al director del Área Metropolitana que lo acompañaran en el proyecto de remodelar y tecnificar el recinto.
La iniciativa se concretó cuando la administración municipal firmó un convenio interadministrativo con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá -AMVA- con este propósito. Términos como modernización tecnológica, innovación, automatización y estandarización de los procesos dominan el documento.
Listo todo, menos …
Las obras se iniciaron en agosto de 2021. La empresa contratante fue Desur (del orden municipal). El contratista, una unión temporal. La inversión: 1.777 millones de pesos, sin contabilizar las infaltables adiciones presupuestales, esta vez por valor de 883 millones de pesos (el Área Metropolitana aporta el 90% del costo total). El plazo: 31 de diciembre de 2021, que también -como siempre- se quedó corto. Pero esta vez por razones de peso: pandemia, crisis de los contenedores, caos en el mundillo tecnológico internacional, y faltan datos. El nuevo plazo: 15 de mayo de 2022.
La remodelación está prácticamente lista, asegura el arquitecto Bernardo Saldarriaga, del equipo de interventoría. Pero no quieren avanzar en la obra blanca, porque cuando lleguen los equipos, importados de Miami, habrá que romper para instalar. Estos permitirán, entre otras cosas, automatizar y controlar el espacio que están interviniendo, de manera inteligente (domótica).
Este proceso de modernización está a cargo de dos equipos: el de contratistas, con una ingeniera y dos profesionales más, que se apoyan en siete oficiales; y otro, compuesto por tres profesionales del equipo de interventoría. El recinto quedará distribuido así: el sector norte con graderías para el público, la parte central para ubicación de los ediles y la mesa directiva en el extremo sur. Entre los espacios para el público y los concejales se habilitó un área para personas con movilidad reducida. Anexo al recinto de sesiones habrá dos unidades sanitarias. A futuro, en el ala opuesta se habilitarán las oficinas para los concejales, explica el arquitecto Saldarriaga.
Cuando todo esté listo será el recinto de sesiones más moderno y versátil del país, anuncia el doctor Mora. A ver si el augusto recinto no vuelve a sacar la mano… Ojalá, también, no instalen placas laudatorias. Como en 1953, cuando se produjo la inauguración oficial del edificio -luego de un proceso de ampliación, iniciado en 1944-. La ceremonia se engalanó con la presencia del Excelentísimo señor presidente de la República, doctor Gustavo Rojas Pinilla. ¡Esa plaquita se perdió!
Y de la fachada, ¿Qué?
Pero ¿qué hacer frente al deterioro de la fachada? “El edificio requiere una restauración completa”, advierte un experto en conservación de edificaciones de interés cultural e histórico, consultado para este informe. “Le toca gestionar al presidente del Concejo”, dice el doctor Bernardo. “Yo propondré que en el contrato de construcción de la nueva sede administrativa de Envigado le den una mano a esta fachada”. Pero la actual presidenta, Juliana Andrea Álvarez, precisa que el asunto se sale de las manos del Concejo; es la administración municipal la que debe liderar el proceso de restauración.
Otras voces señalan que no es pertinente emprender tal restauración, pues la polvareda y otros factores derivados del proceso de construcción de las nuevas torres que albergarán la totalidad de la administración municipal, la echaría a perder. De paso, reparan en que los diseños de la proyectada edificación deberían armonizarse con el estilo de la vieja Casa Consistorial: que haya una línea arquitectónica integradora.
Las mil y una intervenciones
Los registros más lejanos referidos a la Casa Consistorial (así la llamaron hasta mediados del siglo pasado) datan de 1851, pero advierten de su existencia desde mucho antes, aunque no en el mismo lugar de ahora. Desde entonces, son innumerables las intervenciones arquitectónicas que ha sufrido. Basta con señalar que tuvo corrales para bestias y ganado en función de eventos feriales, que siempre hubo un espacio destinado a cárcel “segura y cómoda” (en 1888 habilitaron una parte para escuela de niños), que el patio central se arrendaba para obras teatrales, que muchas de sus piezas también se alquilaban para vivienda (vaya problema con doña Agustina Benítez: tomó habitación alquilada en 1858, pero ni pagaba ni entregaba. Le rebajaron el canon a ochenta centavos mes, pero ni por esas). Además, se han encontrado registros de que todavía en 1882 alquilaban habitaciones*.
En todo caso, se trata de un bien cultural que ha sido definido como referente visual y turístico de Envigado. En la actualidad también alberga las oficinas de las secretarías de Gobierno y Hacienda, así como la cárcel local.
También este espacio ha servido desde 1873 como custodio del muy valioso Archivo Histórico Municipal, aunque hay registros de su historia desde 1857. La colección obtuvo hace dos o tres años declaratoria como patrimonio, y es objeto de especial cuidado: está bien preservada, aseguran conocedores del tema. Se sabe que fueron sometidas a un proceso de restauración las primeras veinte cajas, con ayuda del Archivo General de la Nación. El archivo cuenta con 15 mil cajas con expedientes e información de significativa antigüedad. Debido a las obras en marcha todavía no es posible consultarlo.
Aunque el estiércol de las palomas -y otros factores- deteriore de manera implacable la hermosa estructura externa, tanto la tecnología de punta en el recinto de sesiones como el histórico archivo se mantendrán convenientemente protegidos.
*Con información tomada del libro “Bienes inmuebles patrimoniales del municipio de Envigado”, editado en diciembre de 2005.