Cada 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de Cero Desechos, una iniciativa impulsada por la ONU para promover prácticas sostenibles en la producción y el consumo. Sectores clave como la moda, la construcción y la alimentación generan millones de toneladas de residuos al año, lo que exige un cambio hacia la economía circular.
Precisamente por lo anterior, pusimos la atención en 3 sistemas que por diferentes circunstancias, como el consumo, la extracción o la producción, ponen en peligro la sostenibilidad del planeta, pero que al generar algunos cambios en sus procesos logran un aporte significativo.
Moda y textil: un desafío urgente
El rápido crecimiento de la industria textil ha superado los esfuerzos de sostenibilidad, con la producción de ropa duplicándose entre 2000 y 2015. Cada año se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles, lo que equivale a un camión de basura lleno de ropa desechada cada segundo. La solución pasa por fomentar la reutilización, la reparación y el reciclaje, así como por la adopción de materiales sostenibles y modelos de negocio circulares por parte de las empresas del sector.
Construcción: edificios sostenibles y economía circular
El sector de la construcción tiene un impacto ambiental significativo, pero también un gran potencial para contribuir a la sostenibilidad. Actualmente, las tendencias apuntan hacia la reducción de desechos con tres enfoques clave:
- Edificios que respiran: el uso de nuevos materiales que mejoran la calidad del aire y reducen contaminantes en las ciudades.
- Compromiso con cero desechos: empresas que lideran iniciativas para la reutilización y reciclaje de materiales en obras.
- Remodelación inteligente: el lujo ya no es sinónimo de derroche. Hoy, el 30 % del presupuesto de remodelación en hogares se invierte en materiales sostenibles, que combinan innovación, eficiencia y menor impacto ambiental sin grandes obras.
Alimentación: reduciendo el desperdicio en los hogares
Según la FAO, un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdicia, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas anuales. En Colombia, se pierden 6,1 millones de toneladas de frutas y verduras cada año, muchas veces por mala conservación.
Para reducir el desperdicio en el hogar, es fundamental optimizar el almacenamiento de los alimentos:
- Congelador: proteínas, pulpas de frutas y alimentos precocinados.
- Parte superior del refrigerador: lácteos y carnes frías.
- Parte media del refrigerador: alimentos de consumo inmediato.
- Parte baja del refrigerador: carnes frescas.
- Bandejas inferiores: frutas y verduras separadas.
- Puerta del refrigerador: salsas y encurtidos.
Además, almacenar los alimentos en recipientes herméticos, evitar el exceso de humedad y no sobrecargar la nevera son prácticas ideales para prolongar su vida útil.
“En Haceb entendemos que la conservación de los alimentos es clave para el bienestar de los hogares y el cuidado del medioambiente. Por eso, nuestros refrigeradores incluyen tecnologías que ayudan a mantener la frescura de los alimentos por más tiempo y por su diseño, permiten una mejor organización y eficiencia en el almacenamiento”,
destaca Ángela Vanegas, directora de I+D+i en Haceb.
Además, algunos alimentos como el aguacate, la cebolla y los tomates no deben refrigerarse para preservar su textura y sabor. Adquirir hábitos de consumo responsable y planificación de compras puede reducir el desperdicio y generar ahorro económico.