De ahora en adelante – me perdonan, pero es inevitable- el televisado consejo de ministros (en minúscula, obvio) del pasado 4 de febrero, “liderado” por Petro, será el patrón de referencia para medir la efectividad de cualquier reunión en Colombia.
Dará pie por muchos años para frases como:
– “Más desorientado que ministro de Petro en reunión”. Todos, con la posible excepción de Armando, preguntándose: “¿Pero, yo a qué maldita hora me dejé convencer de aceptar este cargo? ¿Cómo me escapo?”. Y: “Habla más m***da y consigue menos que Petro, con sus ministros”. El arte (sí, porque se requiere de un talento especial para esto) de desperdiciar 6 horas echando carreta sobre todo, sin la menor mención de lo urgente que tenían que discutir. Si no es récord mundial, debe estar muy cerca.
– “Más lambón que Gustavo Bolívar”. Aceptemos que ser el único dispuesto a aplaudir y llenar de likes la lastimosa intervención de su jefe, requiere un valor civil difícil de encontrar en esta sociedad individualista. Otros opinarán que es pura ceguera o cálculo político.
-“Menos bienvenido que Benedetti en este Gobierno”. Claro, él nunca captará el mensaje.
– “Más desconcentrado que ministro de educación del Pacto”. Y ni hablar de su postura desparramada. Es evidente que ningún país que ponga a funcionarios de este calibre a manejar la educación logrará avanzar.
Podríamos inventar muchísimas frases más. Pero, también, podemos extraer numerosos aprendizajes, como seguramente ya lo estarán haciendo las facultades de Administración y Gerencia del país y del exterior. Esa reunión es una mina de oro para enseñar a partir de contraejemplos.
Estimado alumno, para triunfar haz exactamente lo opuesto de lo que has visto:
· Nunca inicies una reunión sin un orden del día claro y explícito.
· Tampoco la inicies sin un secretario(a) que exija a los presentes no divagar ni salirse del orden.
· Si tu reunión se va a filmar (y mucho peor si es en vivo), el libreto debe ser claro y preciso para todos, conocido con suficiente antelación.
· Además, debes destacar lo que sí se esté haciendo bien, aunque no sea mucho. Encontrar logros y felicitar en público a tu gente. Pero, jamás, eches culpas personales en público. Muchísimo menos si es una reunión de Gobierno.
· Nunca permitas que una reunión se extienda más de 3 horas, incluyendo pequeños breaks.
· Escucha mucho más de lo que hables y pregunta, buscando entender. Si quieres hablar largo, hazlo al comienzo, para dar pauta y definir lo que se espera obtener de la reunión. Y luego, solo habla al final, extrayendo conclusiones y asignando compromisos individuales y grupales.
· Nunca impongas un mando medio entre tú y tus subalternos habituales. Mucho menos, si carece de mérito distinto a ser tu protegido.
· Por último, suelta tu celular. Crees que es tu amigo, pero es tu peor enemigo.
Recorderis: En la próxima reforma constitucional, incluir un requisito adicional para la Presidencia de la República: aprobar un curso básico de Administración y Gerencia. Aunque sea por TikTok. ¡Aunque sea dictado por Epa Colombia!
¡A ver si se nos pasa la pena ajena!