El Teatro Metropolitano, la Orquesta Filarmónica de Medellín, el Museo de Arte Moderno y el Ballet Metropolitano se interesan en que públicos distintos se acerquen a sus creaciones. La unión entre cultura y educación, y todo lo bueno que nace de esta mezcla hace parte de sus acciones
Uno de los aspectos más llamativos que ocurrieron en el proyecto “Moldear lo que somos” fue la asistencia de público variado, entre ellos, niños y jóvenes. En todas las actividades que se realizaron entre el 7 y el 9 de octubre, y en el cierre, del 5 de noviembre, las entidades participantes se acercaron a asistentes entre los que hubo niños, jóvenes y estudiantes.
Esto fue notorio el sábado, 5 de noviembre, en las afueras del Museo de Arte Moderno de Medellín. Allí se vieron niños y jóvenes que observaron cómo se unieron los pedazos de una vasija, símbolo de este proyecto. Esta actividad, y las previas estuvieron inspiradas en kintsugi, una técnica japonesa que consiste en reparar las piezas rotas y pegarlas con fragmentos líquidos de oro. En esta iniciativa cultural, las entidades culturales se convirtieron en ese elemento capaz de unir y juntar lo disperso.
Muy cerca del Museo de Arte Moderno hay un lugar que cree en el poder del arte y la cultura, para transformar realidades, tratar valores como la confianza, la democracia y la libertad (valores centrales en “Moldear lo que somos”): Cosmoschools. Estos centros de experiencia existen en Medellín, y en varios municipios cercanos. Creados hace 5 años por Comfama, buscan educar a través del juego, la creatividad, la imaginación, el cuerpo y otras formas de pensamiento. Aquí también son claves la cultura, los idiomas y la educación.
Ser parte de la comunidad y del barrio
Juan Manuel Restrepo es el responsable de Educación en Comfama y quien ha liderado dentro de esta organización la creación de Cosmoschools. Antes de ver los centros de experiencia hechos realidad, junto a un grupo de personas exploró más de 100 modelos educativos y culturales de 10 países y habló con más de 500 profesores, familias y líderes, para conocer experiencias exitosas, otras por mejorar y ver mejor cómo se desarrolla la educación. También para ver qué elementos están relacionados con la posibilidad de formar seres humanos mejores, en un mundo cambiante, y con grietas,y después de una pandemia que tuvo alejados de las clases a alrededor de 77 millones de niños y niñas.
En un artículo publicado para la Fundación Qatar y titulado How to hack the education system with culture (¿Cómo jaquear el sistema educativo con cultura?), Juan Manuel Restrepo habla de las brechas emocionales y sentimentales que se sumaron a las cognitivas, después de la pandemia: “Necesitamos pensar en la educación no como un proceso de transmisión de conocimientos sino como un proceso de que nos inspira y nos conecta con el territorio y el mundo en que vivimos”.
En ese texto explica mejor la visión de Cosmoschools y de Comfama, organización que ha respaldado su creación: “la educación debe ser vista como un proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida en el que debemos adaptarnos constantemente, reaprender y tener curiosidad por descubrir nuevas formas de abordar la vida y nuestra experiencia profesional. Aquí es donde la cultura puede ayudarnos a alterar el status quo y avanzar para reimaginar la educación y la forma en que aprendemos hoy”.
Durante una parte del año, los niños y niñas de Cosmoschools dejan los centros de experiencia donde estudian y se mueven a los teatros y a espacios culturales para ver conciertos, conversar con artistas y observar sus creaciones. Esto es lo que se conoce como Colegio Expandido.
En este proceso, el barrio y el territorio en el que se encuentra cada centro de experiencia es protagonista: “en Cosmoschools hay una premisa: hay una conexión con el barrio y con el territorio. Vemos la transformación de los barrios alrededor de los colegios. Allí están los niños, las familias, las conversaciones y creo que pueden provocar reflexiones sobre el territorio, el barrio que soñamos. En esa mirada de Colegio Expandido que provoca conversaciones al interior y al exterior, queremos que desde el colegio y a través de las familias, los niños y las niñas podamos, a través de los proyectos, mostrar nuevos caminos, nuevas oportunidades. Aquí, también, la cultura nos puede detonar reflexiones sobre la sociedad que somos y parte del barrio y la comunidad”, concluye Juan Manuel Restrepo.