/ Carolina Zuleta
En una entrevista le preguntaron a la Dra. Barbara de Angelis, pionera en el campo de transformación personal y escritora de 14 best sellers, si se ponía metas al principio de cada año. Contestó que aunque creía que tenerlas podía ser una magnífica idea, a veces estas metas podían sabotear nuestro crecimiento.
A muchas personas les pasa que se ponen una meta y empiezan a enfocarse en todo lo que les falta para llegar a esta; al darse cuenta de que les falta mucho para alcanzarla pierden su energía y se rinden. ¿Te ha pasado que te pones una meta y unas semanas después ya la estás incumpliendo?
La Dra. de Angelis recomienda mejor tener unos principios, un compás que guíe tu vida y cada cosa que vas a hacer. Es decir, no enfocarte tanto en lo que vas a lograr, sino en cómo vas a ser durante el proceso de transformación. De esta manera, aun cuando las cosas se pongan difíciles, vas a poder sentir que estás ganando porque estás actuando de una manera congruente con los principios que elegiste.
Este año, al empezar a pensar en mis metas, decidí que una muy importante era tener más amor propio y tratarme con más compasión. Después de oír la entrevista con Barbara me quedó muy claro que los principios que van a regir mi 2014 van a ser el amor propio y la compasión conmigo misma. ¿Egoísta por solo enfocarme en mí? Déjame te explico.
Las personas tenemos miles de pensamientos al día (se estiman que son entre 40 mil y 60 mil). Si les pusiéramos un micrófono a estos pensamientos lo que oiríamos sería una conversación entre lo que yo llamo voces internas. Todos tenemos voces positivas que nos dicen cosas como “lo estás haciendo muy bien”, “puedes estar tranquilo”, “todos te aman”. Y también tenemos voces más negativas: “no eres capaz”, “a nadie le importas”, “no haces lo suficiente”. Es como si tuviéramos una guerra constante en la cabeza.
En los últimos meses he observado que cuando en esa guerra van ganando las voces negativas, mi nivel de estrés aumenta y el de tolerancia disminuye y puedo reaccionar más impulsivamente. Por el contrario, los días en que me estoy tratando bien y por lo tanto sintiendo paz y felicidad, soy más amorosa con los que me rodean, tengo más paciencia y disposición a escuchar. Cada vez estoy más convencida de que entre más amor tengamos por nosotros, más amor podemos tener por los demás. Así que creo que tener como compás el amor propio me va a ayudar a alcanzar mis metas con más facilidad y voy a poder ser cada día un mejor ser humano.
Te invito a que además de ponerte metas este año, elijas uno o varios principios bajo los cuales vivir. Cada día, intenta ser congruente con esos principios, así vas a poder ganar en el camino hacia tu meta.
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