A simple vista parece el más flojo del grupo de los terrier, perros destinados por el hombre para matar zorros, ratas y tejones en sus madrigueras, sin embargo este escocés puesto a prueba en la cacería bajo tierra al contrario resulta ser con sus poco más de 10 kilos un fortachón en miniatura, resistente, valiente, ágil y de mandíbula poderosa.
Dos características lo hacen singular: la primera, su cuerpo largo de tronco y bajo de talla, que le facilita el trabajo como invasor de guaridas. El Skye tiene entre 25 y 26 centímetros de altura, mientras que desde la nariz hasta la cola mide poco más de un metro. Y la segunda, su pelaje largo, liso y abundante, además duro cual escudo contra la maleza y las mordeduras de sus rivales. Puede venir en colores negro, azul, gris, plata, leonado o crema, en todos los casos con posibilidad de presentar marcas negras en algunas partes del cuerpo o una blanca pequeña en el pecho.
De animal del campo y la cacería se transformó en perro de salón gracias a su estilo y elegancia. Su difusión fuera de las islas se intensificó terminada la primera Guerra Mundial.
Nombre | La raza es de la isla Skye, al oeste de Escocia, en las Hébridas. |
Edad | Unos cinco siglos. |
Origen | Es producto del cruce del Maltés, que habría llegado a la isla en un barco español, con razas locales. Otros sostienen que nació de dos terrier: el Scottish y el Dandie Dinmont. |
Carácter | Apegado a su dueño, es “perro de un solo amo”, y desconfiado con los extraños, pero nunca malicioso; es alegre, amistoso, tranquilo, leal, astuto. |
Promedio de vida | 12 a 14 años |
Tenga en cuenta | Se la lleva bien con los niños, pero se acomoda mejor con los adultos. |
Tenga en cuenta II | Disfruta el ejercicio y demanda mucho afecto. |