No le interesa mucho si el sol aparecerá ese día con más fuerza o si sentirá el frío de la mañana. Tampoco parece preocuparse mucho por la gente que encontrará en el camino. El próximo 15 de abril, Sebastián Osorno estará entre los 30 mil corredores que clasificaron para la maratón de Boston, Estados Unidos, una de las seis más importantes del mundo.
Para ellos será una experiencia memorable, un desafío, una prueba de resistencia, el deseo de disfrutar. Para él, serán todas las anteriores y una más: la alegría de saber que pudo llegar hasta aquí a pesar de haber sido diagnosticado con diabetes tipo 1, en el 2003. Antes de una carrera como esta, un maratonista prepara su ropa, el reloj y los geles que tomará para ganar energía, y completará un entrenamiento previo. Además de lo anterior, este corredor que sonríe con facilidad y disfruta correr solo o en compañía, debe revisar los niveles de glicemia en el cuerpo, antes y durante la carrera. “Mi alegría mayor sucede cuando puedo cruzar la meta y saber que pude hacerlo. No me interesa ser mejor que nadie, solo sentirme bien conmigo mismo, concentrarme en el proceso y disfrutar. Correr es mi forma de meditación”.
En las últimas semanas lo han visto entrenar en los alrededores de Ciudad del Río, un circuito que ha recorrido junto a otros, antes del amanecer. Aunque a veces no conozca bien a esos otros, puede saludarlos o incluso animar a quienes se van quedando en el camino. Esto último hace parte de sus tareas naturales y preferidas: “Correr me ha permitido hacer amigos, inspirarme con otras personas, y también ayudar a quienes buscan un consejo”. Y cuenta que en este deseo lo acompañan su familia, su novia, y Diego Ortega, entrenador titular y creador del equipo de corredores Runmaker. A ellos y a los médicos les agradece la comprensión y compañía en el proceso. La preparación para esta carrera resume un poco lo que piensa: “Aunque me muevo en un círculo pequeño y soy un poco introvertido, me gusta aportar a los que se interesan. Hago todo esto por pasión y no tengo afán de cumplir mis deseos. Mi objetivo es cruzar la meta con la satisfacción de haberlo dejado todo en el camino”.
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“Correr es un deporte democrático, porque puedes salir a la calle y empezar. En una maratón puedes correr junto a campeones o a gente como uno”.