Anna Keinan, jefe de la Misión Adjunta y secretaria de Asuntos Políticos de la embajada de Israel en Colombia visitó la ciudad y conversó con Vivir En El Poblado sobre su interés en la innovación y cultura local
Está a más de 12 mil kilómetros de distancia de Tel Aviv. No importa que en lugar de mar o aire caliente del verano haya montañas o viento frío en las mañanas. Para Anna Keinan, diplomática de carrera del ministerio israelí de Asuntos Exteriores, Medellín se parece a esa ciudad. Las semejanzas van más allá de la geografía. Cree que el interés que hay en muchas instituciones de la capital de Antioquia en la innovación y la creatividad es un elemento que le llama la atención a su embajada y la ha traído hasta aquí.
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Colombia e Israel firmaron un Tratado de Libre Comercio que entró en vigencia en agosto del 2020 y desde entonces las relaciones se han afianzado entre ambos países. Israel está catalogado como uno de los países con mayor innovación y competitividad en el mundo. Después de Silicon Valley, Tel Aviv es considerada la ciudad donde se reúnen y trabajan algunas de las empresas de tecnología más importantes. Hasta esa ciudad y otras de Israel llegan productos de los campos colombianos, estudiantes o comerciantes interesados en aprender.
¿Qué trae Israel a Medellín en esta visita?
Voy a empezar con un poco de contexto, sobre lo que es Israel. La cultura es nuestra tarjeta de visita: es una mezcla de países diferentes, de expresiones culturales de los judíos que llegaron hasta allí provenientes de más de 80 comunidades. Tenemos el llamado “melting pot”, un crisol de culturas. Es muy interesante ver que allá se fusionan y está presente casi toda la cultura del mundo. Hay expresiones artísticas muy específicas y buscadas como es el caso de la danza contemporánea. Hasta Israel llegan bailarines de muchos lugares para recibir esta formación y aprender ese sentido de creación e innovación existente. También tenemos el teatro fringe que muestra ese espíritu de creación desde cero y que trasciende las fronteras.
En la cultura también hay espacio para incorporar elementos de la fe y tradición judía junto a todo lo que da el Estado moderno. También tenemos nuestros desafíos y es la necesidad de incluir a todos los grupos y de evitar esa lucha de poder que ha existido a veces entre askhenazim (judíos de Europa) y sefaradim (judíos originarios de lugares como España, Marruecos o Turquía). Todos estos aspectos son valiosos y por eso los traemos hasta aquí, también, como parte de esta visita.
¿Cómo ha sido ese contacto entre esa cultura de Israel y la nuestra?
Antes de la pandemia , algunos de los escritores israelíes llegaron a Colombia. Los libros de autores como David Grossman, Meir Shalev, A. B. Yehoshúa o Etgar Keret también han empezado a conocerse. En la pasada Fiesta del Libro participó Fania Oz, con el apoyo de la embajada de Israel. También tenemos a Amos Oz (fallecido en el 2018) y a Shai Agnon (falleció en 1970), nuestro Premio Nobel de Literatura y cuya obra sigue interesando a los lectores.
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¿Cómo avanza el Bosque de la Paz y la Reconciliación en el municipio de San Luis, Antioquia?
Va muy bien. Junto al Reino de Marruecos y con el apoyo del ministerio de Medio Ambiente y el Ejército Nacional avanzamos en la creación de este bosque que tendrá 17 mil árboles (en una primera etapa) y será un homenaje a los Acuerdos de Abraham firmados en Estados Unidos y que normalizan las relaciones diplomáticas entre Israel, Marruecos, Emiratos Árabes y Baréin. Este bosque también será sembrado como homenaje a las víctimas de las minas antipersonales.
¿Qué representa Medellín para Israel?
Nos interesa mucho esa transformación que Medellín vivió: pasó de ser una de las ciudades más peligrosas a convertirse en una ciudad que avanza. Medellín también tiene muchas semejanzas con Tel Aviv, la capital cultural y financiera de Israel. Buscamos fortalecer enlaces entre ambas ciudades. Tel Aviv tiene ese espíritu de innovación y cambio que vemos en Medellín. Aquí hay muchas empresas e instituciones que nos interesan para hacer alianzas y trabajos comunes.