Por primera vez en la historia, Colombia es el país anfitrión de la Conferencia de las Partes (COP), el órgano rector del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Este convenio es un instrumento internacional que, acorde con la definición de las Naciones Unidas, vela por la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la participación justa en los beneficios derivados de los recursos genéticos. La COP16 no solo marca un hito para Colombia como anfitrión, sino que resalta la importancia de la biodiversidad en la agenda global, un campo en el que el país tiene mucho que aportar.
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Además de recibir delegaciones de diferentes países, Colombia tuvo la oportunidad de incluir a los sectores público y privado en las discusiones que definirán iniciativas clave para la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. En esta coyuntura, Colombia no solo debe reafirmar su rol como líder en biodiversidad, sino que también tiene la oportunidad de impulsar un componente cada vez más relevante en las conversaciones internacionales: las tecnologías verdes. Estas soluciones tecnológicas no solo pueden ayudar a reducir el impacto ambiental, sino que tienen el potencial de convertirse en un motor de desarrollo sostenible para el país.
En los últimos años, la tecnología ha cobrado una importancia inédita en debates globales sobre ciberseguridad, desarrollo económico y, por supuesto, cambio climático. La revolución tecnológica que estamos presenciando, especialmente en torno a las eco-tecnologías, busca promover la sostenibilidad y reducir el impacto ambiental mediante la innovación y el uso responsable de recursos. En este contexto, las tecnologías verdes emergen como un aliado fundamental para alcanzar los objetivos de sostenibilidad que se discutirán en la COP16.
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No obstante, la carrera por el desarrollo tecnológico plantea retos importantes para países en vías de desarrollo como Colombia. La concentración de estos avances en las economías más desarrolladas crea una brecha que, si no se aborda con determinación, podría dejar a países como el nuestro rezagados en la implementación de soluciones que realmente tengan un impacto a nivel local. Como ha señalado Rebeca Grynspan, Secretaria General de la UNCTAD, la nueva ola tecnológica tendrá efectos profundos en la economía global, y los países en desarrollo deben luchar por capturar una mayor porción del valor generado en esta revolución tecnológica.
Colombia, siendo uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo, no puede permitirse ser un espectador en este escenario. Es imperativo que desarrollemos tecnologías propias que permitan una gestión eficiente de nuestros recursos naturales. Al hacerlo, no solo podremos aprovechar el valor económico de estos recursos, sino también proteger y conservar la biodiversidad que es clave para el bienestar del planeta. De hecho, de los 17 países más megadiversos, la mayoría se encuentran en vías de desarrollo, lo que resalta la responsabilidad de estos países en liderar el camino hacia soluciones tecnológicas sostenibles.
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La COP16 representa una oportunidad única para que Colombia lidere la discusión sobre la implementación de medidas de mitigación y conservación más eficientes y democráticas. Con el respaldo de tecnologías verdes, podemos promover el cuidado urgente de nuestros recursos naturales y establecer al país como un referente en innovación sostenible. Si logramos articular esfuerzos entre el sector público, privado y la sociedad civil, Colombia no solo será un anfitrión ejemplar de la COP16, sino también un líder global en la adopción de soluciones tecnológicas para la protección de la biodiversidad.
La urgencia de este momento no puede ser subestimada. Nuestra biodiversidad es uno de los recursos más valiosos que poseemos y, con la ayuda de las tecnologías verdes, podemos asegurar su protección para las generaciones futuras. Como anfitriones de la COP16, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de liderar este cambio, y con ello, afianzar el lugar preeminente que Colombia debe tener en la lucha por la sostenibilidad global.