Una Calliandra Medellinensis llegó para embellecer la sede del Centro Urbam de EAFIT
Una plantación especial se realizó en la sede del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT, ubicada en el barrio La Aguacatala, carrera 48B No. 10 sur-132.
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Se trata de un individuo Calliandra Medellinensis, donado por el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe para conmemorar los 10 años de historia de Urbam.
A la Calliandra Medellinensis popularmente se le conoce como Carbonero Antioqueño, y es una de las pocas especies arbóreas nativas reconocidas en este territorio.
Se encuentra en peligro de extinción, y se ha identificado que está plantado en el Cerro El Volador, en el Parque Bolívar o en barrios como El Poblado, Boston, Villa Hermosa, San Germán, Los Colores y Aranjuez.
Un poco de historia
Según los registros de esta especie arbórea, fue descubierto en 1927 por Rafael Toro, fundador del herbario Medel de la Universidad Nacional.
Los especímenes recolectados en la ciudad permitieron que en el año 1936 los investigadores norteamericanos Nathaniel Lord Britton y Joseph Nelson Rose lo nombrarán Calliandra Medellinensis, por la belleza de sus estambres y en referencia al lugar donde fue observado.
De acuerdo con la descripción de los botánicos, su néctar suele atraer a insectos y aves, puede vivir hasta 60 años y los más grandes llegan a medir unos seis metros.
Según el Sistema de Árbol Urbano de Medellín y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (SMA), en la región solamente se han identificado 68 de estos individuos arbóreos, 47 en Medellín.
Claudia Lucía García Orjuela, directora del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, la describió como una especie nativa, además amenazada, con la dificultad de que sus semillas no siempre son viables. “Esto implica que tengamos que hacer su propagación a través de esquejes y otras estrategias. Es un proceso de mucho cuidado”, dijo.
La Casa Manigua de Urbam
El concepto de permacultura que es aplicado en la Casa Manigua de Urbam, es una forma de convivir con la naturaleza garantizando el sostenimiento de los hábitats. De acuerdo con los urbanistas, esto permite diseñar territorios funcionales y en armonía con la vida.
Alejandro Echeverri Restrepo, jefe de Urbam, contó que el propósito de estas siembras y la intervención en las zonas duras de la casa es generar jardines que incrementen la biodiversidad en los entornos urbanos.
“Esto era un lugar para parquear carros y lo cambiamos por un jardín funcional para sembrar estas especies tan importantes como la Calliandra Medellinensis. Es un hito en la celebración de los 10 años y lo que estamos preguntando con esta acción es ‘¿cómo vamos a reverdecer y enriquecer la ciudad a partir de la conciencia y la acción en cada uno de los lugares donde vivimos nosotros?’”, manifestó.
Precisamente, la Calliandra Medellinensis, que se incorporó al jardín de la sede de Urbam, está acompañado de otras especies de flora como bore verde y morado, bijao, jengibre, papaya, ají, guayacán blanco, entre otras plantas del ecosistema urbano que también son hospederas de mariposas o atraen insectos y aves.