En un mundo en el que la velocidad y la eficiencia son primordiales, Colombia está a punto de dar un paso gigante en la forma en que gestionamos el dinero. Durante los últimos dos años, el Banco de la República ha estado trabajando en Bre-B, un sistema que promete revolucionar nuestras transacciones diarias. Con la capacidad de realizar transferencias de hasta $11.000.000 en tan solo 20 segundos, todo el proceso se reduce a un simple código, conocido como “llave”. Este avance no solo busca simplificar nuestras vidas, sino que también apunta a transformar un país donde más del 70 % de las transacciones siguen dependiendo del efectivo.
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La visión detrás de Bre-B no es solo tecnológica, sino social. Al facilitar la interoperabilidad, pretende conectar todas las entidades financieras en un ecosistema uniforme. Imagina no tener que preocuparte por la demora o el costo adicional de transferir dinero entre diferentes bancos. Bre-B hace que todos jueguen en el mismo equipo, y este tipo de acceso no tiene precedentes en un sistema históricamente fragmentado.
Para 2025, se espera que el impacto de Bre-B sea más profundo. En primer lugar, impulsará a aquellos que aún no han dado el salto a lo digital, ofreciéndoles una plataforma accesible y fácil de usar. Este avance es crucial para llevar servicios financieros a los rincones más remotos de Colombia, donde muchas personas todavía no tienen acceso a una banca tradicional.
La competencia entre bancos también verá un cambio dramático. Como Bre-B facilita el movimiento de dinero entre diferentes instituciones sin esfuerzo, los bancos estarán motivados para ofrecer servicios más atractivos y tarifas competitivas. Para nosotros, como consumidores, esto significa más opciones y mejores condiciones para nuestros productos financieros.
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La eficiencia es otro gran beneficio. Olvídate de las largas esperas y las tediosas colas en el banco. Con Bre-B, cada transacción se convierte en un proceso simple y casi instantáneo. Las empresas, especialmente las pequeñas, también verán una mejora significativa en su flujo de caja, permitiéndoles operar con mayor rapidez y menos costos.
Además, Bre-B está diseñado para ayudar a reducir significativamente el uso del efectivo. En la práctica, esto significa más seguridad y menos riesgos asociados con el manejo de grandes sumas de dinero en efectivo. Al cambiar nuestra cultura de pago hacia medios digitales, el sistema busca abrir una nueva era en la economía colombiana.
Sin embargo, uno de los mayores retos será asegurar que todos entiendan cómo sacarle el máximo provecho a esta tecnología. Aquí es donde la educación financiera juega un papel crucial. Necesitamos usar recursos y programas que enseñen a la población cómo operar en este nuevo entorno digital de forma segura y efectiva. Solamente así se podrá asegurar una adopción masiva de Bre-B.
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Bre-B no es simplemente un nuevo sistema de pagos; es una oportunidad para transformar profundamente el sistema financiero colombiano. Pero para que Bre-B realmente tenga éxito, hará falta un esfuerzo conjunto, asegurando que las personas comprendan y confíen en la nueva plataforma. Si se logra, Bre-B podría convertirse en el catalizador que transforme nuestra economía hacia un futuro más digital, eficiente e inclusivo para todos. Es hora de que Colombia dé este salto hacia lo digital, y Bre-B está aquí para hacerlo realidad.