La cantidad de desechos que una sociedad genera está relacionada con sus ingresos: a mayores ingresos, más desechos. De manera similar, la composición: a mayores ingresos, menor el contenido de desechos biodegradables, y mayor el contenido de plásticos, metales, electrónicos y químicos. Algunos países europeos están ya excavando los botaderos en búsqueda de materiales con valor económico, actividad conocida como minería de botaderos (landfill mining, en inglés). En algunos, incluso, se encuentran concentraciones de metales mayores a las de muchas minas modernas.
El nivel de ingresos de los colombianos aumenta cada año, lo cual conlleva a un aumento en la cantidad de desechos y a cambios en la composición de los botaderos. Son varios los retos que enfrentamos:
- Evitar que residuos peligrosos lleguen a los botaderos.
- Disminuir la cantidad de material biodegradable que llega a ellos (el metano resultante de procesos naturales de descomposición es un potente gas de efecto invernadero).
- Reducir la cantidad de materiales reutilizables en los botaderos (desenterrarlos en un futuro puede ser costoso y técnica y legalmente complicado).
- En general, limitar la cantidad de desechos que va a los botaderos; estos son un desastre social y ambiental.
Para lograrlo hay que trabajar mucho en la cultura ciudadana. La separación en la fuente es crucial y necesaria, por ejemplo. Sin embargo, se debe apoyar también desde la legislación con medidas como la prohibición al vertimiento de material orgánico y con impuestos al vertimiento de cualquier otro material en los botaderos. Estos mecanismos promoverán la consciencia ambiental e incentivarán el surgimiento de mejores prácticas de consumo y separación, así como innovaciones tecnológicas y logísticas para el manejo de los residuos.