Test para buenos observadores: ¿En qué se parecen a) las estrechas callejuelas del colonial barrio La Candelaria en Bogotá, b) la vía interna del Centro Comercial El Tesoro y c) la doble calzada de Las Palmas?
En que la velocidad máxima permitida es la misma: 30 Km/h.
¿Y en qué se diferencian? En que a) y b) fueron diseñadas para tráfico muy lento, están repletas de resaltos y cruces peligrosos y a nadie se le ocurre –ni nadie puede- ir más rápido.
En cambio, c) fue diseñada como una vía de circulación rápida, como cualquier otra doble calzada del mundo. Obvio, pues es la principal vía al aeropuerto, mínimo por los próximos 5 años. Pero está sembrada y tapizada de señales de 30 Km/h. Lo mismo que a) y b) pero sin los resaltos.
Resulta que en esta ciudad no se controlan límites de velocidad menores de 60 Km/h. En otras palabras, usted osa ir a 70 por una vía de límite 60 y cuando llega a su casa ya lo espera la fotomulta. Y está obligado a ir a curso por irresponsable y para que aprenda, por las buenas y por las malas, que ¡esta es una ciudad seria y aquí las señales se respetan! ¡Hay que reducir como sea la accidentalidad!
Pero usted va a 100 en vías repletas de señales de 30 –subiendo o bajando por Las Palmas o Los Balsos, por ejemplo- y no pasa nada.
A ver, pensemos un momento… si una vía está llena de señales de 30, ¿no es precisamente porque la autoridad de tránsito, en su sabiduría, concluyó que es mucho más peligrosa que una con señales de 60? ¿No es elemental?
En una ciudad seria, sí. En Medellín no. Tal vez aceptaron que exigir un máximo de 30 Km/h en Las Palmas y en otras vías importantes es tan, pero tan irreal, que con gran pragmatismo optaron por ignorarlo. Igual que todos los conductores.
Como si el Tránsito fuera bipolar: Una parte de su cerebro le dicta que ¡huy, qué peligro, reduzcan accidentes! ¡Pongan señales de 30 por todas partes! Y luego la otra le dice que fresco… no vale la pena… que la gente haga lo que quiera…
Minuciosos y sicorrígidos con las de 60, ciegos y relajados con las de 30.
¿Qué logran con tal incoherencia? Confundir a la ciudadanía, insultar su inteligencia, aumentar los accidentes (¡es más peligroso circular a 30 que a 60 en una vía de doble calzada!). Y claro, quitarle seriedad a todo el sistema, que se vuelve objeto de burla y de infracciones.
¿Podría alguien del Tránsito explicar la lógica de esto? Es lo mínimo, ante una afrenta tan evidente a la ciudadanía. Y al sentido común.
Y ya que están en eso, ¿podrían por favor intentar un mínimo de control a las motos y cuatrimotos que han convertido Las Palmas en su pista de carreras privada? ¿Podría un directivo del Tránsito circular por ahí los jueves por la noche y verlo con sus propios ojos?
¿Podría hacer el trayecto entre La Fe y el peaje un domingo a las 6 PM para verlos zigzaguear a altísima velocidad, justo en el momento de la semana con mayor tráfico? Si pudiéramos ser más exigentes con quienes nos regulan, los ciudadanos deberíamos mandar a curso a nuestras autoridades: Título del curso: Coherencia y sentido común para dummies.
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Autoridades ¿Bipolares?
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