Atrévete a soñar
/ Carolina Zuleta
Al final del día suelo caminar de mi oficina a mi casa. Antes de llegar, cruzo por un puente que atraviesa el río Chicago. A cada lado del río hay rascacielos diferentes. Está el Trump Tower, una torre gigantesca de vidrio, que parece sacada de una película del futuro. Está el edificio negro y rectangular construido por el famoso arquitecto Mies Van der Rohe, que contrasta con Marina City, dos torres blancas y cilíndricas que semejan unas mazorcas. Cada que paso por ese puente me siento obligada a parar para mirar con más detenimiento la belleza construida por muchos hombres y mujeres a través del tiempo, y pienso que todo lo que ahora veo nació primero como una idea en la mente de una persona. Antes de que un sueño se materialice, primero tiene que ser soñado.
Soñar requiera valentía. Soñar requiere tomar un riesgo. Soñar es para los que estamos un poco locos y creemos que algo diferente a lo que ha ocurrido en la historia de la humanidad puede suceder. Y como soñar está intrínsecamente ligado a la posibilidad del fracaso, muchas personas no se atreven a soñar. Estamos llenos de excusas para no soñar: “no se me ocurre ninguna idea”, “es muy difícil”, “no tengo dinero” y la clásica “no tengo tiempo”.
Hay algo que he oído decir a personas exitosas y famosas como Will Smith y Oprah Winfrey: –“Tu tienes que creer en tu sueño antes de que cualquier otra persona lo crea”. A muchas personas les pasa que cuando comparten su sueño, los otros les dan una lista de razones por las cuales ese sueño no puede existir. La desilusión que les causan esas palabras, hace que guarden sus sueños en la caja del olvido. Sin embargo, las personas exitosas no se creen en el No de los demás. Ellos utilizan ese “no” para fortalecer su sueño, para modificarlo si es necesario, y continúan buscando a los que les van a dar el Sí. El No está asegurado, no necesitas que alguien más te lo de. Es por el Sí por el que debes luchar.
Me pregunto que habría pasado si Michael Jackson hubiera pensado que ya había muchos cantantes y que era muy difícil ser exitoso como músico. De qué nos habríamos perdido si Fernando Botero hubiera decidido conseguir un trabajo que le pagara más o si García Márquez hubiera pensado que no tenía tiempo para escribir. Sólo pensarlo nos parece ridículo, pues para todos nosotros es imposible imaginarnos un mundo en el que Jackson no cantara, Botero no pintara o García Márquez no escribiera. El mundo se enriquece de los sueños de los individuos. Mi camino a mi casa es espectacular gracias a los sueños de todos esos arquitectos. Hoy puedo compartir mis ideas con todos ustedes gracias a que Julio Posada un día soñó crear este periódico. Te reto a que hoy te atrevas a soñar. Te reto a que tomes ya el primer paso: siéntate y escribe cuál es tu sueño.
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