Un eterno dolor de cabeza viven quienes circulan a diario por los diferentes cruces de la loma de Los Balsos. ¿Hay solución?
Ocurre en los días de lluvia, los viernes antes del anochecer o incluso el domingo: en la Loma de Los Balsos, el tráfico es una constante y al llegar a ella, algunos recuerdan el significado de palabras como amargura o desespero al ver avanzar el reloj mientras el movimiento de los carros es casi imperceptible. Ocurre cerca a varios colegios, un supermercado y un complejo comercial.
Sucede en ascenso y en dirección hacia las Palmas, también cerca a la transversales Inferior y Superior o en el descenso que lleva hacia la avenida El Poblado. Para algunos, la solución se desvaneció después de conocer el funcionamiento del intercambio vial de la transversal Inferior con el llamado paso a desnivel que empezó a funcionar desde el 3 de julio del 2017, después de una inversión de más de 13 mil millones de pesos y más de mil días de construcción.
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Para personas como Isabel Cristina Cano, administradora del Conjunto Residencial Roncesvalles, el asunto también es cuestión de seguridad. Cuenta que es común ver vehículos que pierden el control al descender la loma y chocan contra su conjunto. Aunque han pedido ayuda a las autoridades “para mejorar la señalización o instalar un riel protector para el andén”, no reciben respuesta.
La circulación intensa de carros en esta zona de la ciudad ha hecho que algunos eviten su paso por allí a ciertas horas del día y cada día se aleje más de su origen: una loma de casas amplias y espacios de tierra libre donde los árboles de balso arrojaban al viento sus semillas.
Soluciones de fondo
Carlos Cadena Gaitán, secretario de Movilidad, cuenta que la sociedad se construye entre todos y en un proceso a largo plazo. Por esta razón considera necesario en El Poblado dar prioridad al peatón, al ciclista y a medios de transporte como el Metro. “Mientras más infraestructura creas, más personas utilizan ese modo: aplica para los carros y también para el transporte colectivo”. Agrega que es necesario “aplicar ciencia con conciencia: tomar toda la evidencia científica existente, combinarla con empatía y compasión necesarios y aplicarlos a cada contexto local”. Lo dice para explicar la necesidad de analizar cada área de la ciudad de una forma específica.
En el caso del Poblado dice que es importante insistir en dar prioridad a peatones, ciclistas o a sistemas de movilidad como el Metro “porque es más económico en el largo plazo. Como sociedad nos va mejor si diseñamos barrios para la movilidad peatonal, las bicicletas, el Metro o los buses. No hay espacio para vías nuevas”.
Respecto a las soluciones, Juan Esteban Jaramillo, una persona que conoce el sector, propone a las autoridades “abrir la vía que comunicaría Los Balsos con San Lucas”. Se trata de la Carrera 20 (a todo el frente de ISA) y que actualmente llega al edificio Duville. Continuar esta vía unos 100 metros más y juntarla con la calle 19 sur (frente a D1 de San Lucas). La segunda opción, sería continuar la carrera 10 (frente a LeParch y llevarla a unirse con la Calle 23 sur sector Villa Novoa). Esta última sería un tramo de unos 400 metros aproximadamente.
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Finalmente propone “desmontar nuevamente el resalto existente en la transversal Inferior debido a que la velocidad es tan lenta que contribuye a entorpecer la velocidad en la zona”.
Fernando Londoño, conocedor de las dinámicas de la zona, invita al supermercado La Vaquita a colaborar para evitar la aglomeración de camiones o carros alrededor de su entrada.
A su voz se suma la de Santiago Ortega, director de innovación Emergente Energía Sostenible, quien considera que los intercambios viales no son la solución, ya que cada año llegan más carros a las vías y estas se vuelvan obsoletas muy pronto. “En Medellín hay que tomar una decisión: si queremos seguir en ese círculo infinito de demanda inducida que lleva a tener más vías o fomentamos la llamada evaporación del tráfico, que lo convierte en una opción menos atractiva”.
Jorge Pérez, arquitecto y conocedor de la ciudad cita una frase de Brent Toderian: “Usted no está atrapado en el tráfico; usted es el tráfico”. Y cree necesario hacer acuerdos más profundos y tener voluntad para ir hacia a una “movilidad más sostenible y al uso del transporte público, como establece el Plan de Ordenamiento Territorial, POT”.
Y recuerda la opinión del columnista Darío Hidalgo, quien afirmó alguna vez que Medellín es “una ciudad bipolar, porque ha implementado soluciones avanzadas como el tranvía, el metrocable o el modelo de urbanización como el POT, pero le sigue apostando a una estructura de movilidad vehicular”. También considera que es un asunto del pasado pensar que un supermercado o un colegio puedan hacer que colapse una vía e invita a estos lugares a pensar en un cambio al respecto.
También recuerda que “una ciudad que se sigue negando a implementar un sistema multimodal del transporte va a seguir padeciendo estas contradicciones de construir infraestructura y mantener problemas de movilidad”. ¿Qué pasará con Los Balsos? La solución sobre el futuro de esta vía está ahora en manos de las autoridades y personas que la recorren.