/ Carolina Zuleta
Tienes un sueño. Hay un paso importante que quieres dar en tu vida. En tu corazón sabes que eso es lo que más quieres, pero desde donde estás no puedes ver cómo vas a llegar allá. Cada que empiezas a dar pasos para llegar a esa meta te enfrentas con obstáculos. Tu mente te dice que eso que quieres es muy difícil de alcanzar o no es para ti. Tu mente te dice que eres muy viejo o muy joven, que no tienes suficiente experiencia ni dinero. Te pasas las noches en vela tratando de descifrar cómo lograrlo, pero sólo puedes ver que las cosas van a salir mal. Te paralizas, te quedas estático. Tienes miedo.
El miedo es la razón por la que no alcanzamos lo que deseamos. Sin embargo, el miedo no es del todo malo, es un mecanismo que tenemos en el cuerpo y en la mente que busca mantenernos a salvo. Por eso aparece cuando no tenemos certeza de lo que va a suceder.
Una de las herramientas más poderosas que utiliza el miedo es hacerte creer que estás solo y que debes resolverlo todo: cada paso, cada detalle, cada movida. Es una jugada ingeniosa de parte del miedo, porque es imposible que un ser humano como tú o yo lo resuelva todo. Desde el cuerpo en el que vivimos tenemos una visión muy limitada de lo que puede suceder. Entonces cuando el miedo nos convence de que tenemos que controlar todo lo que pasa, como es imposible que lo hagamos, nos quedamos estancados.
Tony Robbins dice que la calidad de nuestras vidas está determinada por la cantidad de incertidumbre con la que somos capaces de vivir. Entre mayor capacidad tengas para vivir en la incertidumbre, más riesgos vas a estar dispuesto a correr y por lo tanto más sueños vas a poder alcanzar. No obstante, los seres humanos no podemos vivir 100 por ciento en la incertidumbre, así que buscamos maneras de crear certeza. Generamos este sentimiento de maneras destructivas como quedándonos estancados, procrastinando, comiendo en exceso, consumiendo alcohol, drogas, etcétera. Pero existe una mejor forma de hacerlo: teniendo la convicción de que existe una fuerza suprema que está de nuestro lado y que tiene todas las respuestas que necesitamos. A esto se refería Einstein cuando decía que una de las decisiones más importantes que debemos tomar es si vivimos en un universo amigable o no. De esto hablaba Paulo Coelho en su libro El Alquimista: “Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño”. No importa cómo llames a esa fuerza suprema… Dios, Universo, Buda o Elvis, lo importante es que la conozcas, la escuches y confíes en ella.
¿Vives en un universo amigable? Es tu decisión.
[email protected]