El Hospital San Vicente Fundación de Medellín, definido como el segundo en importancia en Colombia, durante la pandemia ha sido el de mayor respuesta a la ciudad para atender pacientes COVID. Sus directivas estiman una atención global de casos superior al 10 % de la necesidad en Medellín.
Vivir en El Poblado entrevistó a su director general, Diego José Duque, sobre cómo asumió el hospital el reto de la pandemia, cómo se preparó y lo que afrontará la ciudad con la reactivación económica.
¿A qué se debe la alta capacidad de respuesta del San Vicente Fundación durante la pandemia por COVID-19?
“Se debe a varios factores: primero que la institución asumió esto como una necesidad en la ciudad y como un reto. Se hicieron unos cambios muy importantes en la infraestructura, se entrenó gran parte del personal y se tuvieron la voluntad y la decisión de ampliar la capacidad en camas de UCI y dedicar gran parte de sus capacidades a atender los pacientes. Es una decisión institucional y recibimos la ayuda del empresariado para adecuar las primeras camas. Hoy contamos con 128 camas UCI, 81 de ellas para pacientes COVID”.
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Especialistas valoran los tipos de tratamiento orientados por el hospital para pacientes COVID-19, además la disminución de la letalidad ¿Cómo lo lograron?
“No creo justo decir que es San Vicente, en realidad ha disminuido la mortalidad, pero es porque en el mundo entero se ha aprendido mucho y en nuestra ciudad también. Si se compara con lo que se hacía en Europa o en los primeros casos en China, había una ventilación mecánica inicial muy temprana y ahora ya hay otros métodos, entre ellos el alto flujo de oxígeno que estamos implementando, mucho más en nuestro medio”.
¿En qué consiste el tratamiento con altos flujos de oxígeno?
“La intubación no es lo primero, se hace terapia con oxígeno preventivo, se está haciendo terapia de prono, que consisten en acostar los pacientes boca abajo. Hay terapia de diagnóstico temprano y eso es lo que hace la diferencia también en la disminución fallecidos. Antes en el mundo con los primeros casos, la mortalidad estaba alrededor del 70 % y se ha bajado al 40 %. En nuestro medio, hay instituciones que tienen mortalidades en UCI entre 20 % y 28 %”.
¿Cuál es su concepto desde el hospital sobre el uso temprano esteroides?
“Esa es una terapia que todavía no está totalmente demostrada, pero se ha propuesto utilizar de forma temprana. Esto no es nuevo, los esteroides en cuidados intensivos se han utilizado desde hace mucho tiempo, para pacientes en shock séptico. En el mundo entero se ha visto que algunos pacientes pueden beneficiarse de esto. De todas formas hay muchas terapias experimentales que todavía no han sido validadas por la evidencia y la comunidad científica”.
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También se ha utilizado plasma en pacientes que ya han sido convalecientes. ¿En qué consiste este procedimiento?
“Algunos trabajos en el mundo están utilizando el plasma de pacientes que ya han superado la enfermedad y que en alguna medida los primeros meses tienen la protección. Obviamente se les hace un proceso para utilizar en pacientes muy al inicio de la enfermedad. Son estudios con todo el rigor científico para dar un resultado y después ponerlo a disposición y al escrutinio de la comunidad científica a ver si en realidad funciona. No es un tratamiento central que sea el que revoluciona el tratamiento contra la COVID”.
¿Cómo evalúa lo que viene con la reactivación económica en Medellín y el Aburrá?
“Es difícil porque estamos ante una disyuntiva entre una situación de estabilización de la enfermedad y una crisis de la economía en donde evidentemente hay gente sufriendo. Se requiere una mirada muy amplia porque el aspecto social y económico también es muy importante en la vida de la población”.
Aún hay incertidumbre por la llegada del pico de la pandemia a Medellín. ¿Cuál es su concepto?
“Hay incertidumbre porque hay varios modelos que muestran que todavía está pendiente el pico y otros que dicen que estamos en una meseta y posiblemente empecemos a bajar. No hay claridad y todo dependerá del comportamiento de la población. Así haya modelos epidemiológicos, si no hay disciplina, de nuevo aumentará la curva”.