/ Carolina Zuleta
A cada persona su corazón le pide algo: escribir, viajar, investigar, tener hijos… Sin embargo, muchos se frenan de hacerlo porque sienten que es un acto egoísta. Se dicen a sí mismos: no puedo tomarme el tiempo o gastar el dinero en esto simplemente porque es lo que quiero hacer, primero tengo que pensar en los demás. Entonces me pregunto: ¿Será que seguir a nuestro corazón es un acto de puro egoísmo?
En su programa Super Soul Sunday Oprah Winfrey entrevista a diferentes líderes en transformación humana. Hace unos días la entrevista fue con Maya Angelou. Maya es una poetisa y activista de derechos humanos –en pocas palabras, es un canal para transmitir sabiduría al mundo-. Sus escritos han inspirado a cientos de miles de personas.
Durante la entrevista, Oprah le preguntó cuál era la razón por la que escribía. Confieso que estaba esperando una respuesta profunda y mística sobre el impacto que quería tener en el mundo, pero me sorprendió con una respuesta muy sencilla: “Escribo porque puedo escribir. Escribí mi último libro (Mom & Me & Mom) porque quería ver la vida de mi madre un poco separada de la mía, y así poder amar su vida, porque cuando uno ama la vida de otro, la entiende.” Aquí estaba Maya Angelou, activista de derechos humanos, diciendo en televisión nacional que había escrito un libro ¡no para cambiar al mundo, sino para entender mejor su relación con su madre! ¿Puro egoísmo?
Cuando hacemos lo que el corazón nos pide nos sentimos felices, plenos, llenos de buena energía. Cualquier persona que se ha atrevido a seguir sus deseos sabe que aún en los momentos más difíciles hay algo que lo hace a uno feliz. Y es ese sentirnos bien lo que en gran medida hace que sigamos a nuestro corazón. En este sentido, seguir a nuestro corazón es egoísta. Pero además pasa algo mágico cuando sigues a tu corazón: el mundo se hace un mejor lugar. El libro de Maya Angelou sobre la relación con su madre, no solo la beneficia a ella sino a todos. A través de su historia nos permite distanciarnos un poco de la vida de nuestras madres y así amarlas y entenderlas como seres humanos.
Cada que oyes una canción que te toca el alma, cuando lees un libro en el que te ves identificado, cuando alguien que amas se cura de cáncer a través de una quimioterapia… te estás beneficiando porque alguien, que probablemente no conoces, tuvo la valentía de ser egoísta y seguir a su corazón para componer música, escribir un libro o investigar por meses dentro de un laboratorio.
Cuando no sigues a tu corazón, no solo te estás privando de una vida plena, nos estás robando a todos de beneficiarnos de tu sueño. Tu corazón te está hablando… óyelo. No hay nada grandioso en no seguir lo que te dice. Seguir a tu corazón sí es un acto egoísta, pero es también lo que el universo necesita, es el mejor regalo que nos puedes dar a todos.
[email protected]