/ Esteban Carlos Mejía
Los antiguos romanos tenían una máxima casi mítica: “Si vis pacem, para bellum”. Si quieres la paz, préparate para la guerra. Pasados los siglos, Sigmund Freud, en uno de sus ensayos, parodió la frase: “Si vis vitam, para mortem”. Si quieres la vida, prepárate para la muerte. Sobre eso giró el más reciente conversatorio de Vivir en El Poblado y el centro comercial Santafé, Camino de la felicidad: entre la calma y el caos, con el doctor Jorge Gómez Calle.
Jorge es hijo de Amparo y Gabriel. Casado con Paula. Papá de Esteban, Nicolás y Miguel. Médico de la UPB, con formación en Cuidados Paliativos y Duelo. Consagrado a la Terapia Neural. Convincente. Apacible. Descomplicado. A juzgar por sus palabras, le gusta ir contra la corriente y oponerse a lo normal. “No podemos ser homogéneos”, dice con mucha seriedad. “La vida es irregular, imperfecta, inestable, ¡bipolar! La vida es hermosa”. ¿Entonces por qué sufrimos? “Sufrimos porque no aceptamos las cosas como son, porque nos negamos a vivir entre la calma y el caos. Queremos el equilibrio a toda costa”. “¿Por eso nos enfermamos?”, le pregunto. “La enfermedad es la aparición de un nuevo orden celular, la respuesta de nuestro organismo al caos energético, metabólico, emocional que enfrentamos”.
Hablamos de la terapia neural. “Como técnica, es la aplicación de un anestésico local (procaína, casi siempre) en diferentes puntos del cuerpo para producir impulsos que rompan bloqueos o interferencias”. Más allá de lo mecánico, es un tratamiento individual, basado en la historia de vida de cada persona, una terapia que, en síntesis, busca el justo medio entre la estabilidad y el movimiento. No apela a la historia de la enfermedad. “Por desgracia, los médicos tienden a separar nuestro ser del órgano enfermo”, explica no sin algo de frustración. “Nos fragmentan y luego nos sedan con diagnósticos y tratamientos esclavizantes.”
Aunque parezca difícil de entender, la respuesta está en las paradojas: “La vida como preparación para la muerte y la muerte como preparación para la vida”. Distintas cosmogonías, desde la India hasta la Amazonía, resaltan cinco principios básicos en la existencia humana: verdad, belleza, salud, alegría y luz. Principios que deben ayudarnos a satisfacer siete necesidades: aire, agua, alimento, albergue, abrigo, amor, alegría. Al llegar a este punto, nos advierte que no hay salud sin solidaridad. “No hay sociedad si no somos socios de la vida”. Se acuerda, entonces, de un poema de Eduardo Galeano y lo recita de memoria: “Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. / Los nadies: los nada, / los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata. // Los nadies: los hijos de nadie… / Los nadies: los dueños de nada, / jodidos, jodidos, jodidos, jodidos…”
El mensaje final del doctor Jorge, sin embargo, es optimista: “Construyamos una vida sabia en permanente movimiento, en busca del equilibrio, nunca en él, en el camino de la felicidad.”
*** Nuestra próxima cita será multitemática: Viajes, cultura y aventura. El antropólogo y músico Pablo Aristizábal y el expedicionario y escalador Juan Felipe Restrepo compartirán con nosotros sus vivencias y experiencias. En los conversatorios de Santafé se vive y se aprende. Nos vemos.
[email protected]