A la incertidumbre y las preguntas que llegan con la maternidad, hoy se suma la pandemia de COVID-19.
Se cree que alrededor del 10 al 15 % de las nuevas mamás sufren de depresión posparto. Esto afecta negativamente sus pensamientos, sus emociones y su capacidad de funcionar. También se afecta la relación con su pareja y con el recién nacido.
La sicóloga Clara Vélez explica que cualquier entidad mental es como “una bolsita a la que se suman cosas”. Aspectos sociales, familiares, sicológicos y genéticos pueden desencadenar un cuadro depresivo cuando menos se piensa. “Y hoy, la incertidumbre que viene con la COVID-19 puede disparar algunas condiciones”, explica la experta.
En momentos como este, la comunidad científica hace lo posible por entender qué pasará desde lo sicológico con los menores de edad y con las madres que acaban de tener un bebé. “Pareciera que esta será la generación del aislamiento“. Y el miedo al otro lo tendrá no solo los pequeños, también los padres de familia que, por encima de todas las cosas, lo que más buscan es la protección de los hijos.
La realidad actual es causante de angustia, miedo y ansiedad, no solo en madres, sino en la población en general. Sin embargo, aquellas que sufren de depresión posparto probablemente tendrán más dificultades para sobrellevarla. “Hoy nadie les puede hacer visita, no cuentan con una red de apoyo como en tiempos pre coronavirus”. Y el que no haya compañía puede ser un disparador muy importante.
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Pasa, además, que las recomendaciones que se hacen para lidiar con la depresión posparto hoy no son tan fáciles de lograr: no se puede salir de casa, no se puede socializar con los demás. Por otro lado, se suma una amenaza que no exisitía antes: “la enfermedad es real, existe. Es una amenaza invisible”, dice Clara.
Siempre que hay un peligro, hay miedo y este, pronto se puede convertir en ansiedad. “Los pensamientos a futuro hoy son negativos. Hay temor a algo que es real que genera más preocupaciones que antes”. Ninguna mamá quiere salir y traer el virus a casa, tampoco quiere que alguien externo lo traiga, pero el contacto social es importante en los días después del parto.
La cuarentena y la pandemia traen muchos retos para los nuevos padres: hospitales como zonas de riesgo, telemedicina, consultas virtuales, entre otras. “No es lo mismo, no se establecen relaciones de confianza“, dice Clara Vélez.
Por ello, ante estas situaciones, las madres deben estar atentas a síntomas como estado de ánimo deprimido, ansiedad severa, llanto excesivo, sentimientos de culpabilidad, pena o ira, dificultad para relacionarse con el bebé, aislamiento de la familia y las amistades, pérdida del apetito o comer mucho más de lo habitual, insomnio o dormir más de lo habitual, pérdida de interés en actividades alegres, falta de concentración y pensamientos de hacerse daño a sí misma o al bebé.
Si alguno de estos aparece, debe pedir ayuda: conversar con la pareja y recurrir a sicólogos o siquiatras. “Buscar formas de estar acompañada, de rodearse de personas, así sea desde la virtualidad y, finalmente, intentar centrarse en el presente, en un panorama más cercano a la realidad”, concluye Clara.