¿El matrimonio es una adicción? ¿Por qué a los gringos no les hace daño la marihuana? ¿Las ensaladas producen hipervitaminosis? ¿Preguntas locas de un extraterrestre con barba? No, divagaciones sobre el tema del pasado conversatorio de Vivir en El Poblado y el centro comercial Santafé Medellín: Deseos, placeres y adicciones. Fue una amena y esclarecedora tertulia con dos calidosos de la medicina, los doctores Hugo Gallego Rojas y Jorge Vega Bravo.
El doctor Gallego, toxicólogo con más de veinte años en prevención, diagnóstico y tratamiento de adicciones, es director de la Corporación Paso a Paso, que junto con este periódico y la Tienda Creativa participa en la campaña ¡Estás vivo, vive! Sus conocimientos neurobiológicos, explicados con sencillez y claridad, ayudaron a comprender la etiología, los efectos y las irreversibles secuelas de las adicciones. Por su parte, el doctor Vega, más de media vida dedicado a la acupuntura y a la medicina de orientación antroposófica, nos ilustró con inteligencia y erudición sobre los oscuros malestares que hoy en día aquejan a la humanidad.
A partir de sus perspectivas científicas y experienciales, cada uno expuso su cosmovisión. Ambos enfoques preconizan la armonía y el equilibrio. La maduración del cerebro toma de 20 a 21 años, en una lenta cocción neurobiológica. Sociedad y cultura aceleran o retrasan este proceso, lo cual termina por reflejarse en los tres aspectos del alma: pensamiento, sentimiento y voluntad. Sometida a formidables presiones, desde “el qué dirán” hasta la fornitura de los estándares sociales, la voluntad es la fuerza anímica más débil en el mundo actual. Con elocuencia y versatilidad, en arriesgada cabriola, Hugo y Jorge mostraron que la neurobiología y la antroposofía son complementos en la cura o sanación de personas con adicciones, tóxicas y no tóxicas.
Tóxicas son aquellas en las que se ingiere alguna sustancia. En las no tóxicas -más extendidas y menos publicitadas- se desarrollan conductas adictivas sin ninguna ingesta material. Por ejemplo, la ludopatía, o sea, el hábito al juego, que lleva a la bancarrota económica y a la ruina de la salud. Otra: trabajar, trabajar y trabajar, y nada más. La dependencia del Internet: horas y horas en el Blackberry o en Twitter, en patética evasión de la realidad. O la adicción a la pornografía, a las compras, al sexo. Llegados a este punto, fue inevitable hablar de drogadicción. Hugo y Jorge se centraron en los peligros de la sustancia psicoactiva más consumida hoy en día: la marihuana. Hicieron lúcidas advertencias sobre sus consecuencias y, en particular, nos previnieron acerca de la difusión de una peligrosísima manipulación genética de la cannabis sativa, la marihuana llamada cripa, más costosa, más nociva y más adictiva que la tradicional.
Ahora bien, como la drogadicción es un tema tan amplio, con mucha probabilidad, le dedicaremos otro conversatorio. Eso sí, en noviembre. Porque el del próximo jueves 4 de octubre será con el doctor Vicente Ramírez González, un médico que en su práctica rural en la selva amazónica descubrió que tenía el don de sanar con las manos. Con él charlaremos sobre cómo cambiar nuestros destinos. Allá nos vemos.